APOTEÓSICA ASAMBLEA


El martes 22 próximo pasado, en la Universidad de Carabobo, fuimos testigos de un momento memorable en la vida de nuestra Alma Mater. En una de las más concurridas asambleas que se haya visto, 440 asistentes firmantes, entre profesoras y profesores ordinarios; jubilados y activos, de todas las facultades, colmamos el auditorio de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FaCES), rebosando no solo su aforo –no cabía un alma más–, sino también impregnando a la masa profesoral con un manto pletórico de esperanza, compromiso y corresponsabilidad, ante la posibilidad cada vez más cierta de recuperar nuestro Instituto de Previsión Social, IPAPEDI.
Esa hermosa y alegre jornada, que, además de haber sido una Apoteósica Asamblea, fue un emotivo y feliz reencuentro entre pares que no se ven con frecuencia, resultó también un verdadero acto de reafirmación profesoral. Nos dimos cita llevando con nosotros el sentimiento y orgullo universitario, conscientes de que el IPAPEDI no es un ente burocrático más, sino una conquista histórica, un patrimonio común, una expresión concreta de mutualismo intergeneracional.
El recinto estuvo presidido y engalanado por una proyectada gigantografía del rostro del Dr. Joaquín Alvarado Henríquez, quien con sus 90 años a cuestas, es el único sobreviviente del honorable grupo profesoral, que hace ya 64 años, decidió fundar al IPAPEDI. Quisimos honrarlo y, a través de él, honrar la memoria del resto de los Maestros Profesores fundadores del Instituto, que si bien ya no están entre nosotros, nos han dejado el recuerdo de todo cuanto fundaron, cuidaron y fortalecieron durante los varios lustros que acompañaron la existencia de nuestra institución de previsión social. Las nuevas generaciones de docentes pueden y deben asumir la responsabilidad de preservar y recuperar su legado y, además, no permitir nunca más el extravío gerencial que nos condujo a la inmerecida situación que hoy vivimos, en la que se pretendió incluso borrar el nombre de IPAPEDI, para poderlo reducir a un ente de intermediación financiera: un banco, pues.
Fue muy emocionante, ver cómo colegas de todas las áreas del conocimiento –de Ingeniería, Ciencias de la Salud, Ciencias Jurídicas y Políticas, Ciencias de la Educación, Ciencias Económicas y Sociales, Odontología, Ciencias y Tecnología– acompañados por sus respectivos decanos y directores, se reconocían entre sí como partes de una sola comunidad: la comunidad profesoral universitaria, unida esta vez por la defensa de su dignidad y derechos infringidos y conculcados.
La historia de IPAPEDI no puede escribirse con indiferencia ni fragmentación. El tiempo que vivimos exige unión, participación y una auténtica actitud sinérgica entre todos los docentes. Este llamado que hoy hacemos es fervoroso y cordial: no deleguemos en otros la defensa de lo que nos pertenece a todos. Recuperar, fortalecer y transformar nuestro instituto de previsión social es una tarea que nos convoca desde la ética, la justicia, la inteligencia y la responsabilidad.
Profesor(a), la asamblea del martes pasado no fue solo un evento que pasará a la historia. Fue la bujía emocional que despertó el sentimiento de la participación colectiva. En las venideras asambleas parciales, en las que habrá de elegirse la Comisión Electoral, la participación del profesorado deberá orientarse a elegir de manera entusiasta y ética a profesores(as) poseedores de suficiente credibilidad y respetabilidad institucional para que, como árbitro electoral, pueda irradiar, trasmitir y propagar la necesaria confianza mutua. Que no vaya a quedar duda acerca de la legitimidad de las autoridades que resulten de nuestra elección.
IPAPEDI renacerá y florecerán las acciones con estatutos renovados, en gestión eficaz y con sentido humano. Por parte de nuestro equipo, de gozar de la confianza de nuestros colegas asociados, prometemos hacer cuanto sea necesario y debido, para que nuestra caja de ahorro previsional vuelva a ser un orgullo profesoral, no por nostalgia, sino por una convicción de futuro. La UC nos necesita unidos y en modo de sinergia. Y el IPAPEDI, como vértice de previsión y bienestar social, también. ¡Vamos a por ello!