Cinco asambleas, cinco Victorias.

Antier viernes, 7 de noviembre de 2025, se celebró la quinta asamblea parcial de los profesores asociados a IPAPEDI. Cinco asambleas, cinco victorias. En cinco veces la voluntad profesoral se ha expresado con serenidad y claridad, sin conflictos, sin sobresaltos. Tampoco hubo competencia. Solo la voz unánime de quienes anhelamos un cambio profundo y verdadero.
La apuesta y propuesta según la cual, la Comisión Electoral responsable de los comicios de IPAPEDI la debe presidir el Exrector magnífico Gustavo Hidalgo Vitale ha sido recibida con beneplácito. Y que además la integren las profesoras Mercedes Rincones, en la vicepresidencia; Marlene Robles, en la secretaría y Liliana Camaray y Amílcar Pérez como suplentes, resultó un completo y rotundo éxito. Es muy importante destacar que ese fue también un triunfo producto del diálogo entre pares, que partiendo del desacuerdo, lograron el acuerdo.
Sencillamente, porque lo que es bueno para el colectivo, es bueno para el individuo, aunque lo que es bueno para el individuo, no necesariamente, es bueno para el colectivo.
Cada asamblea ha sido más que un acto electoral para elegir: ha sido una toma de conciencia colectiva. Un reencuentro con el espíritu mutualista que dio vida a nuestro
Instituto. Un gesto silencioso, pero de mucha elocuencia. Y evidencia de que los profesores de la Universidad de Carabobo están demandando la restitución de sus derechos infringidos. Despertando a la convicción de que el IPAPEDI debe volver a ser el paraguas social de todos, y no el ilegal cobijo crematístico de unos pocos privilegiados.
Cinco asambleas habidas que hablan por sí solas. Y las que faltan —cinco más— presagian un mismo mensaje: que la esperanza y anhelo de cambio está ya posicionado en el inconsciente colectivo del profesorado UCista.
El cambio no es una consigna, es un sentimiento que se respira, que se nota en los pasillos, en las miradas, en las conversaciones que vuelven a expresarse con fe. No hay triunfalismo, hay compromiso. No hay imposición, hay confianza. Y en esa confianza se gesta el renacer de una institución que necesita volver a latir al compás del sentir humano de su profesorado.
Profesor(a), la gráfica que acompaña la crónica de hoy es una antorcha encendida sostenida por varias manos profesorales, con destellos de luz que representan las cinco victorias alcanzadas. La llama no pertenece a uno solo, sino a todos; expresa renovación y vigilia colectiva. A quienes aún no han participado, les llegó la hora. Cada voto es una declaración de amor y apego por la Universidad. Cada presencia en la asamblea es una afirmación de dignidad y pertenencia. Porque cuando los profesores se unen, la historia se encauza por el camino correcto.
Y hoy, con cinco victorias consecutivas, podemos decir sin temor alguno: IPAPEDI está en la vía de ser rescatado del extravío en el que, irresponsablemente, fue sumido. Y con ello, despierta la esperanza profesoral de toda la Universidad de Carabobo.
¡Vamos a por ello!