Clamores UCistas

Clamores UCistas

El pasado jueves 02 de mayo, alrededor de ciento cuarenta (140) profesores(as) UCistas, nos concentramos frente a la sede del IPAPEDI, en El Viñedo. Allí, en un encuentro armonioso, solidario y afectuoso nos ratificamos persistir unidos en lucha por nuestros derechos, hoy burlados y conculcados, como legítimos copropietarios que somos del Instituto. La conversación de rigor, nos dejó en claro el estupor e indignación que nos ha venido dejando la política destructiva del Instituto, y el apartamiento de los socios en cuanto a la toma de decisiones, como resultado de la política de expropiación practicada con descaro por la actual junta directiva, que ilegitima e ilegalmente preside el profesor Fermín Conde.
No fue ninguna sorpresa que, como otras veces, por el miedo que le debe embargar verse frente a tamaño gentío, el susodicho cerrara la puerta de la que es nuestra casa, y optara como el avestruz a ocultar su cara, cuando el cuerpo de sus desmanes está ya al descubierto, para la inmensa mayoría de los profesores asociados. Debiera advertir y tener presente el señor Conde que la tormenta de la protesta no cejará hasta que hayamos rescatado nuestro Instituto. Pues como seguramente pudo haberlo visto en la distancia; su desleal, reprochable y condenable acción no sirvió para amainar el sentimiento colectivo de repudio, que, entre rechiflas y demandas, se desarrolló, incluso con la compañía de los muy queridos y respetados exrectores Magníficos, Elis Mercado Matute y Gustavo Hidalgo Vitale.
Con estoica alegría, aunque sin tener las puertas abiertas, pero con la renovada y acerada esperanza que nos infunden los cambios que oteamos en el horizonte, tanto en IPAPEDI como en el país, oímos e hicimos sentir los CLAMORES UCistas que se expresan en las justas reclamaciones que nos animan ante la pérdida de beneficios y derechos, pero asistidos cada vez más por la reconfortante y compartida unión del estamento profesoral.
A esto se une la satisfacción de estarles entregando hoy la crónica número 100, fruto de la infaltable constancia con que he sostenido por más de dos años este ejercicio dominical. Y prueba fehaciente de mi compromiso, con todos ustedes, de no cejar hasta rescatar a IPAPEDI de las manos aviesas que han procurado su desviación y extravío, dañando al mismo tiempo la hermosa posibilidad de ayudar a quienes, en su mal momento, más lo necesitan.

CLAMOR POR DIVIDENDOS.
El cuerpo profesoral comprende y se entusiasma cuando percibe que un propósito es justo, viable y cercano. La directiva actual de IPAPEDI desde hace cinco (5) años no paga los dividendos que, como asociados, nos corresponden. Ahora que sabemos que ingresaron recursos por el orden de los $228.515,88, por concepto de entrega de anteriores aportes, queremos que se nos paguen los dividendos, al menos que los paguen como un adelanto, por cuanto no hay excusa posible que, habiendo disponibilidad financiera para préstamos, no exista disponibilidad financiera para dividendos que son, de paso, adeudados. La diferencia es notable: un préstamo genera intereses, que hoy, a la gran mayoría de profesores nos cuesta pagar; en cambio, el dividendo es de lo que nos hemos hecho acreedores como socios; es nuestro dinero, sin pago de intereses, si la actual directiva lo honrase. Es sencillo, pero lo complican quienes quieren hacerse los locos y apelan a excusas de contabilidad unas tras otras, para no atender esta demanda justa y legítima, sobre todo en este momento de necesidad. ¡Señores directivos del IPAPEDI: ahora que hay disponibilidad financiera paguen los dividendos. No más excusas!

CLAMOR POR ELECCIONES.
Desde hace dos años, la actual directiva, tiene vencido su período de gestión. Por ninguna parte se nota la voluntad de esta directiva ilegítima en respetar la condición institucional de IPAPEDI. Es grave, por decir lo menos, que no se haga el llamado a elecciones y se restituyan los derechos hoy conculcados a quienes sí son sus legítimos copropietarios. Solo se observa muda dejadez, omisión irresponsable y maledicentes engañifas, al punto de que cada vez que reclamamos el menoscabado derecho a elegir, se nos cierran las puertas de la edificación que nos pertenece a todos los profesores socios. No hay ninguna razón válida para que, una asociación civil como IPAPEDI, no convoque a sus asociados a elecciones para reafirmar la democracia en un instituto que tiene dueños: los que con sus ahorros contribuyen a mantenerla.

CLAMOR POR INSCRIPCIÓN DE NUEVOS DOCENTES.
La actual directiva vencida del IPAPEDI, como si fueran pocos los desafueros y extravíos cometidos, tiene ahora el empeño de impedir de manera absoluta y arbitraria la inscripción de los docentes que, voluntariamente, piden su ingreso. Resulta increíble que un derecho consagrado en el Estatuto, el cual no admite retardo alguno, si se es docente ordinario, esté siendo condicionado y pospuesto por quienes no tienen competencia para ello. Es un nítido clamor profesoral el que se permita la solicitada inscripción de los docentes de nuevo ingreso en la UC. Sin ningún tipo de coacción ni extraños condicionantes.

CLAMOR POR ASAMBLEAS.
Como es posible que, con las tantas necesidades que sufrimos, y con tanta desinformación (las redes del instituto estén desactualizadas y solo aparezcan trivialidades de poco interés). La actual junta directiva que preside el señor Conde, no convoca a asambleas informativas a quienes somos copropietarios y nos asiste el derecho a que se nos explique pormenorizadamente lo que pasa en la administración del Instituto. ¿Por qué tanto temor a hacer asambleas e informar y presentar cuentas claras? ¿O será que no están tan claras como se predica? Como fuere, es nuestro derecho a estar informados. Así se asienta en nuestro Estatuto, la Ley de Cajas y hasta en nuestro texto constitucional. ¿Cuántas veces en su vida, señor Conde, debe haber dicho usted lo mismo que decimos aquí? Recuerde que Ud. administra bienes ajenos. Lo que le crea infaltables deberes.


CLAMOR POR EL CAMBIO.
La gran mayoría de los profesores(as) queremos sencillamente que nuestro instituto cambie. Que vuelva a ser como antes, y si no: lo más parecido a lo que fue. Un espacio de indudable humanismo, de entendimiento, de ayuda social y familiar: De previsión social en su sentido más integral, especialmente en atención en materia de salud y medicamentos. Para que cese de una vez por todas el cuadro lastimoso que vemos a diario: profesores(as) pidiendo para medicinas y hasta muriendo de mengua sin poder contar con el respaldo de su instituto de previsión social, el que ayudaron a crecer tras haber sido creado por sabios maestros fundadores y ductores UCistas.


El de usted, en esta mala hora, no es un instituto de previsión, sino un IPAPEDI glamurizado, ajeno a la sensibilidad humana, donde quienes lo dirigen pretenden convertirlo en un centro de intermediación financiera para hacer negocios, de exclusivos beneficios personales y grupales. Girando también entre bastidores alrededor de SUDECA, que es el Gobierno, donde tampoco se cumplen las labores de vigilancia de su extraviada administración.
Queremos detener todo eso, para que el Instituto esté mucho más cerca de las necesidades de los más necesitados. Cumpliendo su función social establecida moral y legalmente. Con los nuevos profesores inscritos, sin los dudosos vericuetos que han conducido, muy posiblemente a la cuantiosa pérdida (un millón de dólares) que sería el abandono y soledad de la mole de bloque, cabilla y cemento, medio edificada en Chichiriviche, y que nunca debió de emprenderse, porque ello significó el abandono casi total de la social y verdadera función de IPAPEDI.
Recuerde, porque de nuestra parte no habrá olvido, que Ud. y su grupo de privilegiados tienen pendiente la realización de las elecciones por las que hemos estado clamando y esperando pacífica y legalmente, confiando en que en algún momento, comprendan del grave error que vienen cometiendo, y que los ha hecho aparecer ante nuestra comunidad como un grupo sin talante democrático.

¡En IPAPEDI, Elecciones YA!