CONTRASTES

CONTRASTES

CONTRASTE es una expresión derivada del latín, que literalmente significa diferencia notable. Denota la acción y efecto de contraponer dos cosas. Supone también colocar en evidencia las diferencias de posiciones que tienen dos personas que se confrontan alrededor de un asunto determinado.

El uso y aplicación del significado de la palabra contraste tiene cabida en un amplio espectro del quehacer humano. En Medicina, por ejemplo, cuando se usa la tecnología de imágenes para ver un determinado órgano del cuerpo humano se recurre a la indicación de una placa de rayos X convencional o una tomografía; si la orden advierte que se haga con contraste, es porque dicho contraste permite añadir más claridad y nitidez a la imagen y, por consiguiente, facilita el diagnóstico, que esencialmente significa tomar una decisión de carácter prescriptivo.

Así, entonces, cuando se trata de tomar decisiones responsables en asuntos de hondo calado y repercusión social, el contraste es un recurso del cual se puede y debe hacer uso a los efectos de procurar minimizar las decisiones equívocas.

En la comunidad de nuestra universidad, como se sabe, vivimos una crisis humanitaria. La precaria seguridad social de su capital humano es palmaria. El gobierno nacional con perversa disposición y alevosa intención ha conculcado el texto y el mandato constitucional de financiación y ha mancillado la autonomía presupuestaria de la UC.

Las constantes agresiones y amenazas venidas del régimen surten más o menos sus efectos, según sea el grado de debilidad interna que haya en el seno de nuestra casa de estudios. Ciertamente, el impacto de las agresiones y el asedio permanente de las amenazas guarda estrecha relación con nuestras fortalezas y debilidades domésticas. Es incontrovertible que los universitarios no podemos controlar las decisiones del gobierno, pero a lo que sí estamos obligados, los que vivimos en la casa que vence las sombras, es a regir y regular mediante decisiones lo que toca a nuestro ámbito interior.

IPAPEDI es el Instituto de Previsión y de Ahorro del Personal Docente y de Investigación de la UC. Durante todos los domingos de los últimos cinco (5) meses del año en curso, he venido planteando la necesidad del cambio en la conducción del Instituto. Estoy persuadido de que es imperioso y urgente rescatarlo del desvarío y extravío gerencial en el que, lamentablemente, está sumido.

El contexto de nuestra vulnerabilidad nos demanda propuestas sinérgicas como paradigmas de solución. Una gerencia con determinación y contundencia eficaz y efectiva es, a nuestro entender, la bitácora de las propuestas con contraste que vengo formulando.

El continuismo en Ipapedi propone seguir con el modelo polizario HC que la gran mayoría de los docentes, sencillamente, ya no podemos pagar. El cambio en Ipapedi, como contraste, sería el Ecosistema Sanitario Autónomo (ESA), en el que, usando las potencialidades y capacidades que tenemos en el seno de la universidad, seamos capaces de ser los protagonistas de las nuevas soluciones. Vale decir, que la seguridad social en salud la asumiríamos los universitarios invocando y convocando a las mejores voluntades y capacidades clínicas de las FCS y FO, propiciando que los pulmones financieros de IPAPEDI y FOPEDIUC y el capital relacional de la institución posibiliten un nuevo esquema de previsión social en salud, y todo ello alinearlo e integrarlo a los fines de darle forma y expresión a lo que proponemos como ESA.

En contraste con el continuismo, el cambio, se compromete a priorizar y privilegiar la asignación de recursos financieros para atender la salud curativa y preventiva de los docentes como eje de la previsión social. Y, definitivamente no, a proyectos elefantiásicos de bloque, cabilla y cemento que hacen reverencia a otros intereses.

Lo que se quiere decir, es que la prioridad será atender la salud como el máximo supravalor de la vida.

En modo de contraste, el cambio propone la decisión de cerrar el desaguadero de Chichiriviche por donde se derraman e invisibilizan los ahorros de toda una vida de los profesores. Dicho cierre, habrá de tener como consecuencia la posibilidad cierta de abrir los grifos financieros para honrar los dividendos; la apertura de la cartera crediticia; el restablecimiento del derecho de retirar haberes y, el retorno al tradicional obsequio navideño.

La gran mayoría de los profesores universitarios por ser de talante democrático, demanda y exige Elecciones YA en Ipapedi. El derecho a ejercer el sufragio, como mecanismo civilizado para dirimir controversias, no puede ni debe ser menoscabado por un pequeño grupo.

La conciencia colectiva de los UCistas, debe impedir que el síndrome de la tentación totalitaria y el nefasto continuismo personalista se sigan saliendo con las suyas.

Profesor(a), en IPAPEDI tenemos dos caminos: el continuismo o el cambio.

¡Vamos por el cambio!


¡Sabemos cómo hacerlo y sin excusas!