EL AYUNO COMO PROTESTA
El AYUNO como PROTESTA es un recurso dotado de una enorme significación y un particular simbolismo. Al abstenerse de ingerir alimentos, durante un espacio de ocho horas, tres (3) profesores UCistas de la Facultad de Ciencias de la Salud (FCS) han puesto de manifiesto una disposición de sacrificio personal, para llamar la atención acerca del hecho escandaloso de lo que viene ocurriendo en el Instituto de Previsión Social del profesorado, IPAPEDI.
Como resulta sabido, un grupo profesoral, orquestado, y de larga permanencia en los organismos directivos (su presidente: catorce años; otros un poco menos) ha decidido, con el mayor descaro, no llamar a elecciones y quedarse con el control del Instituto, teniendo sus mandatos vencidos (hace casi dos años), al tiempo que no rinden cuenta a sus asociados; y, para colmo, han incurrido en desviar, en esta hora crítica, recursos ingentes hacia la construcción de un supuesto hotel para profesores arruinados, que lo que precisan en este momento es, ante todo, de alimentos, medicinas y servicios médicos.
En efecto, fue un acto de sacrificio personal el que hicieran el pasado 05-03-2024, los profesores Carlos Villaverde, Ángel Vásquez y José Ignacio Nieves, quien, con sus 84 años a cuestas, demostró que “cuando se tiene un porqué se puede con cualquier qué”. Un acto que deja evidencia del talante universitario de sus protagonistas, expresado en su convicción y consagración a la noble causa de rescatar el IPAPEDI para ponerlo al servicio de los profesores. Un acto que, en su mayor simbolismo, expresa la capacidad de sacrificio de unos pocos en beneficio de todos.
Esta predisposición actitudinal es, además, la clave para dar en lo inmediato un gran salto hacia adelante y alcanzar nuestra meta. Así como también lo es la constancia, la prudencia y la perseverancia demostradas en la lucha. En la que ha habido continuidad y constancia diaria, sin desviar el claro y definido propósito humanitario que nos anima.
El ayuno sirvió a todos para recordar las demandas no satisfechas y seguir ejerciendo presión moral sobre quienes están exigidos, legalmente, de la responsabilidad de encarar la calamidad existencial que agobia al estamento profesoral de la UC. El profesor Carlos Villaverde, médico y ex director fundador del UAMI, fue diáfano y preciso cuando desde su lecho de lucha fustigó:
“Buenos días. Estamos acá dispuestos a sostener un ayuno de protesta en el que planteamos algunos interrogantes a los Consejos de Administración y Vigilancia para que, como asociados, se nos respondan. Nosotros, de esta manera, pretendemos visibilizar ante nuestra comunidad, la situación de inutilidad a la que ha llegado, en esta malhadada hora, nuestro otrora magnífico instituto de previsión social”
“Queremos saber por qué se les ha negado la inscripción en IPAPEDI a los nuevos profesores; qué es lo que realmente pasa con los dividendos que nos corresponden; igualmente que se nos diga por qué se vaciaron nuestros recursos en la construcción de Chichiriviche, hoy inconclusa, y absolutamente innecesaria dentro del cuadro de crisis que nos abruma; asimismo que se explique por qué razón no se entregan las cuentas de los años 2021, 2022 y 2023, que nos han sido ofrecidas desde octubre del año pasado, y por qué razón no se llama a elecciones siendo IPAPEDI una asociación civil, obligada por ley a renovar su Directiva conforme al imperio de la ley”
“Así, como nos preguntamos qué imperiosas razones llevaron a la Directiva de IPAPEDI a pasar por alto la imposibilidad que tienen los profesores asociados de pagar las pólizas de Seguros de HCM, para darle prioridad a la disparatada idea de ponerse a construir de manera directa, cuando la industria de la construcción se ha paralizado, una obra de nunca acabar. ¿Por qué, por qué”?
Profesor(a), en este mes de marzo cumplimos dos (2) años desde que un grupo de docentes emprendimos la tenaz y perseverante lucha por el renacimiento de nuestro instituto de previsión social. Toda la comunidad universitaria es testigo de nuestro comedimiento tanto en la actuación como en el tratamiento escrito.
No obstante, si a pesar de lo anterior persiste la violación de nuestros derechos colectivos, hemos considerado ampliar nuestras acciones de protesta. Exploraríamos otras formas de activismo, como la divulgación entre un mayor número de redes sociales y medios masivos de comunicación; así como la búsqueda de pronunciamiento y apoyo institucional de nuestro Consejo Universitario, ante el cual introduciremos prontamente un nuevo documento.
Procuraríamos, de igual modo, la colaboración de organizaciones defensoras de los derechos humanos. Haremos pues, uso de una combinación de diversas tácticas que sirvan al propósito de aumentar la visibilidad de esta lastimosa situación, a fin de presionar para lograr el cambio que los docentes queremos y nos merecemos.