El Costo de Oportunidad


En dos (2) artículos precedentes titulados: 3 Mitos Bursátiles y Acciones X Dividendos hemos referido la sostenida pretensión del ilegítimo presidente de IPAPEDI de “vender la moto”, esto es: hacer pasar como “gratuito” y “solidario” el llamado Portafolio de Inversión Accionistas Profesores UC / IPAPEDI. La crónica de hoy la intitulo IPAPEDI: El costo de oportunidad, en la que procuro explicar y probar el efecto social que acarrea el decidir, inconsultamente, invertir los ahorros de todos los profesores UCistas en acciones de la Bolsa de Valores. El costo de oportunidad es el valor de la mejor alternativa que deja de lado IPAPEDI cuando toma, sin la voluntad del profesorado, la decisión de invertir en el mercado bursátil. En otras palabras, el costo de oportunidad es lo que sacrifica el instituto de previsión al elegir esa opción, en lugar de invertir, por ejemplo, en el supravalor de la vida que es la salud de sus asociados.
Permítanme por un momento el intento de explicar dicho concepto. Por ejemplo, si una persona tiene $10 y decide gastarlos en una hamburguesa en lugar de adquirir un libro, el costo de oportunidad sería el valor que le habría dado el libro (bien como conocimiento o entretenimiento). Lo mismo aplicaría para el tiempo. Veamos: Si se decide estudiar en vez de festejar con amigos, el costo de oportunidad es la diversión y la socialización que se dejaría de lado al optar por la primera.
Este concepto resulta clave en el contexto de la emergencia humanitaria compleja (EHC) en la que estamos engolfados los miembros de la comunidad universitaria. Y podría ser un coadyuvante a la hora de tomar decisiones mejor sustentadas, al considerar, insisto, no solo el beneficio a lograr mediante la elección tomada, sino también, lo que se perdería al desechar cualquier otra de las opciones existentes.
El flayer que acompaña esta entrega da cuenta del Portafolio de Inversión en el que se realza el incremento del "valor de la cartera” en el período mayo 2024 hasta febrero 2025. Se pone de manifiesto y se destaca que el incremento habido en tal lapso es de + 155,66%. Significa, que el valor de la cartera en febrero vale Bs. 2330,26 equivalentes a $37, según la tasa de cambiaria fijada por el BCV. No obstante, pudiéramos preguntarnos:
¿Cómo se podría apreciar y describir el costo de oportunidad si se invierte en una bolsa de valores y no en un programa de salud?
El costo de oportunidad en este caso, sería el conveniente impacto social positivo que se deja de obtener al destinar recursos a la bolsa de valores en vez de articular y proveer un eficiente programa de salud. Volvamos: Si se invierte en la bolsa, el dinero podría generar rendimientos financieros vía capitalización a mediano y largo plazo y, con ello, beneficiar a inversionistas y a las empresas de corretaje. Sin embargo, la alternativa humanitaria sacrificada (el programa de salud) podría haber significado una mejor calidad de vida para los profesores (la razón de ser de un Instituto de previsión), por la vía de reducir la vulnerabilidad ante la enfermedad, tal vez logrando con ello una mayor productividad académica y, por supuesto, menores costos médicos a futuro.
El costo de oportunidad se podría apreciar y evidenciar en indicadores, tales como:
1. Reducción de tasas de morbilidad.Si los recursos destinados en programas de salud fuesen mayores, ciertas enfermedades podrían prevenirse o tratarse con más eficacia.
2. Productividad académica. Un estamento profesoral más sano trabajaría mejor y con más emoción y, por consiguiente, habría menos ausentismo y mayor rendimiento.
3. Reducción de gastos médicos futuros. Prevenir y anticipar la vulnerabilidad ante las enfermedades suele ser más económico que tratarlas en estadios avanzados.
Profesor(a), en resumen, la decisión de invertir inconsultamente en la Bolsa de Valores en lugar de hacerlo en un Ecosistema Sanitario Autónomo (ESA), puede generar un espejismo del beneficio y crecimiento financiero de corto plazo; pero el costo de oportunidad en tiempo real es la pérdida de beneficios colectivos en calidad de vida, porque, entre otras cosas, más de la mitad de los profesores estamos viviendo la vejez de la juventud y comenzando a vivir la juventud de la vejez.
Finalmente, cumplo con agradecer a los cuarenta (40) profesores que nos acompañaron con su presencia en la visita de reclamo practicada a la sede de IPAPEDI, el jueves próximo pasado, en horas de la mañana; entre los que destacó la presencia galana de los exrectores Gustavo Hidalgo Vitale y Elis Mercado Matute. Con igual agradecimiento, a los muchos colegas que se disculparon de no poder asistir por diversos y variados motivos. Nuestra demanda es corta, clara y concisa: