ESA Un pacto por la Academia

ESA Un pacto por la Academia

En la Venezuela de hoy, los profesores universitarios somos víctimas de una cruel paradoja: por una parte, dedicamos nuestra vida a la alta y altruista misión de formar los profesionales del país, lo que implica investigar y sostener encendida la llama del conocimiento; pero a su vez vivimos en tan precarias condiciones que nada cuesta considerarlas como impropias de nuestra dignidad e integridad humanas, pues con un sueldo real de apenas cuatro (4) dólares mensuales, cuya tendencia es llegar a 0$ antes de fin de año – y sin un sistema de seguridad social que nos ampare–, habrá de erosionarse la poca calidad de vida y salud restantes y, con ello el desplome del nivel académico existente, esencia y razón por cierto, de la propia condición universitaria.

Ante este panorama tan sombrío, no hemos de resignarnos, mucho menos achicopalarnos o doblegamos. La responsabilidad nos demanda concentración en las soluciones y no en los problemas. Surge entonces, por querencia y creencia de profesores con voluntad y capacidad, una idea que puede resultar poderosa: idear, construir y poner en funcionamiento un

Ecosistema Sanitario Autónomo (ESA), creado a partir del esfuerzo y autogestión colectiva, para así, hacernos protagonistas de nuestro propio destino.

Este ESA no es un sueño etéreo, sino una propuesta concreta con vistas a la articulación de lo que ya tenemos, capaz de transformarse en esperanza tangible. A saber:

1. La localización y privilegiada localización física de la Unidad de Asistencia Médica Integral (UAMI), como base de la atención primaria con alcance secundario.

2. La sinergia de los pulmones financieros de IPAPEDI y FOPEDIUC, como fundamento de la sostenibilidad operativa, en franca alineación a su vez, con la potencialidad de generar recursos propios utilizando nuestro inmenso capital relacional.

3. La sapiencia en cantidad y calidad proporcionales a los talentos humanos de las Facultades de Ciencias de la Salud y Odontología, actuando como la columna vertebral de un servicio médico-odontológico. De lo anterior, tiene de surgir un orgánico tejido institucional UCista, capaz de sostener los cuatro (4) niveles de atención médica, partiendo desde la prevención como primer nivel o primera estación, pasando por la atención del segundo nivel o segunda estación especializada; llegando a la estación de la intervención quirúrgica o unidad de cirugía ambulatoria (UCA) como tercer nivel y, cerrando el circuito, la atención de cuarto nivel o cuarta estación (la mutua) referida al abordaje y seguimiento de las enfermedades crónicas.

Profesor(a), el ESA no está pensado solo como un mecanismo de salud: es un símbolo de resiliencia y dignidad universitaria, y además, un acto de inteligencia y responsabilidad histórica. Es la prueba de que, incluso, en medio de la adversidad, la universidad puede reinventarse para cuidar a quienes la hacen posible y convierten con su quehacer en palpitante realidad.

Hoy me siento convocado para hacer un llamado a los profesores, estudiantes, empleados, obreros, egresados y a nuestros aliados institucionales a que sumemos, con sinergia, los mejores esfuerzos. Para que así forjemos este ecosistema y demos testimonio fehaciente de que la autonomía universitaria, además de ser un valor espiritual, se expresa también en la defensa de la vida y la salud de sus miembros. Porque cuidar la salud del profesor y la de sus integrantes, es cuidar la esencia misma de la universidad. ¡Vamos a por ello!

En IPAPEDI, Elecciones YA