Espejismo y Fantasía

Espejismo y Fantasía

La crónica de hoy domingo la denomino Espejismo en Chichiriviche y Fantasía Bursátil, lo que, según mi parecer, mejor expreso en su título: IPAPEDI: Espejismo y Fantasía. Y que como cosa primera me lleva a exponer a las acepciones bajo las cuales van a ser manejadas en el texto a continuación.

Espejismo es una ilusión óptica, fenómeno físico, en el que una imagen parece reflejarse en la superficie, bien sea de un cuerpo de agua o una carretera, o bien en el horizonte, en la distancia.

Y se explica por la refracción o cambio de dirección y velocidad de la onda de luz al pasar de un medio a otro, por ejemplo, a través de diferentes temperaturas. En todo caso, de las palabras podemos hacer un uso figurado o simbólico y tomarlas con un significado distinto al literal, científico o de uso común. Así, entonces, aquí tomaremos a un espejismo como una ilusión o engaño.

Fantasía es una creación de la imaginación, una pura invención de la generosa y poderosa mente humana. En el ámbito personal, la fantasía es un pensamiento, un sueño o deseo que alguien se imagina, a menudo como una forma de escapar de la cruda realidad. El escritor Vargas Llosa lo menciona con insistencia como la razón de ser de la literatura. Quizá su mejor producto.

Comenzaremos por el Espejismo en Chichiriviche. En junio de 2022 ―pronto hará tres años―, el profesor Fermín Conde, subido al techo del infortunado “Complejo Recreacional Chichiriviche”, produjo sin más el Espejismo en Chichiriviche. ¿Por qué decirlo así? Muchos, seguramente, vimos el video, en el que el ilegítimo se dirigía a toda la comunidad UCista [autoridades, profesores, empleados, obreros y estudiantes] —evidenciando su síndrome de ansiedad de protagonismo― para comunicar entre dos personas que movían los últimos tablones el finiquito de la obra que, a su decir, debería ser orgullo de todos los profesores de la Universidad de Carabobo, por cuanto en ella estaban “resguardados y garantizados los ahorros de los profesores”.

Añadía entonces, que durante su excedida gestión, el patrimonio del instituto se había incrementado en millones %.

Mientras, los profesores veíamos a los trabajadores de ocasión acarrear los tablones, de seguro, para la puesta en escena. Era, pues, un espejismo en pleno desarrollo. Avalado por todos aquellos que han venido compartiendo responsabilidades legales junto al ilegitimo, por acciones dañinas contra los asociados.

Hubo en tal ocasión una frase un tanto más infeliz: La obra sería “para el goce y disfrute de los docentes y sus familiares”. ¡Menudo cinismo!. Transcurrido el tiempo, podemos apreciar, porque incluso está a la vista de anteriores alabarderos y palafreneros suyos, cómo la inerme “mole de bloque, cabilla y cemento”, yace sometida al rigor del implacable salitre falconiano. Una obra que, como cualquier otra de las de su signo, las que se hacen por puras razones contables, se tragó un millón de dólares de nuestros ahorros, esos sí, de toda una vida.

Sigamos ahora con la Fantasía Bursátil. Pero antes recordemos: Que desde hace seis (6) años, IPAPEDI no reparte dividendos a sus asociados. Antes bien, sin que en algún momento haya sido consultado y aprobado, ahora reparte, a manera de un dañoso trueque, promesas engañosas. Tampoco olvidemos, porque debe pesar como un bochornoso fardo sobre sus espaldas, que, a los actuales Consejos de Administración y Vigilancia las asambleas de profesores de marzo de 2023, desaprobaron la memoria y cuenta de los años 2019 y 2020. Y que, adicionalmente a ello, no han vuelto a presentar, algo que ordena la ley, la memoria y cuenta de los años 2021-2022-2023 y 2024.

Agreguemos: que la última elección en la que los profesores socios de IPAPEDI, ejercimos el derecho a elegir y ser elegidos, ocurrió en junio de 2019, es decir, hace ya casi seis (6) años.

Es materia legal, que los períodos tengan una duración de tres (3) años, ergo, el que preside y los demás miembros de los consejos de Administración y Vigilancia ya tienen tres (3) años con el tiempo vencido. Han excedido groseramente sus mandatos, negándose con maña a realizar las elecciones de cambio de autoridades. ¿Cómo es que entonces han continuado en funciones? ¡Mediante el abuso y el desconocimiento ético y legal! Ya no nos representan. Son como los bucaneros de otros tiempos y lo que quieren lo toman por la fuerza. La irregular situación ha llevado a que la misma Superintendencia de Cajas de Ahorro (SUDECA), que debe hacer cumplir la ley, haya manifestado por escrito que esa condición los coloca en un desempeño de hecho y no de derecho. Pero…

En noviembre de 2024 el ilegítimo anunció que gracias a la magia de una reingeniería financiera, ¡una más!, ahora los profesores de la UC, somos los únicos docentes universitarios de Venezuela, inversionistas y accionistas de empresas en la Bolsa de Valores de Caracas. Mantengo y sostengo, que pretender hacer creer que tenemos tal categoría financiera es una verdadera fantasía bursátil de quien padeciendo de mitomanía, pretende engañar una vez más. Es una ilusión timadora. Un intento fallido para distraer y seguir manejando el dinero que les es ajeno, tratando de disfrazar la amarga realidad que agobia al profesorado. Es una auténtica manipulación irresponsable. ¿Por qué?

El aludido presidente se ufana publicando en redes sociales que el total de acciones por profesor, en mayo de 2024 eran 289 y, en marzo de 2025 llegaron a 316. Añade, que el valor de dicha cartera ha subido un 167%, porque pasó de 911 bs en mayo de 2024 a 2432 bs en marzo de 2025. He allí la Fantasía Bursátil. La vil manipulación encubre que en un lapso de 10 meses (mayo 2024-marzo 2025), la capitalización de la cartera es de apenas ¡$14! Que es equivalente a decir ¡$1.4! mensuales.

La fantasía bursátil ―porque podríamos decirlo así― nos antepone lo que no es real. ¿Qué aumento en cuanto a consumo agregaría a un profesor un ingreso adicional de un dólar mensual?

Profesor(a), demostrar a Fermín Conde que se comporta como piara orweliana, en el abuso y atropello, amerita concebir la crisis de IPAPEDI como un problema institucional de hondo calado. Demanda que todo el tejido universitario y, sobremanera, el estamento profesoral se sensibilice y esté dispuesto a participar militantemente en la gran asamblea, que muy pronto debe llevarse a cabo. Nuestro propósito tiene un fin: restablecer el derecho a elegir y ser elegidos libre y democráticamente y, poner el pulmón financiero del Instituto al servicio de la previsión social del profesorado UCista.

¡En IPAPEDI, Elecciones YA!