GERENCIA EFECTIVA

GERENCIA EFECTIVA

El domingo próximo pasado escribí la crónica intitulada IPAPEDI: Gerencia Proactiva, la cual constituyó la número setenta (70) que a lo largo de un año y cinco meses he venido refiriéndome al asunto del renacimiento que queremos y merecemos los profesores UCistas para con nuestro Instituto de Previsión Social y de Ahorro. La presente entrega la enfoco en la acepción, sentido y propósito de IPAPEDI: Gerencia Efectiva. Según mi parecer, una significación válida de gerencia efectiva, es aquella que se concibe como una misión a cumplir y no solamente una carrera a proyectar y desarrollar. La formación académica gerencial es pues un andamiaje, que soporta y viabiliza a esa razón de ser a los fines de verla traducida en resultados útiles tangibles, observables y verificables.
La diferencia entre lo que se dice y lo que se es, es lo que se hace. La bitácora de la gerencia efectiva lleva en su seno al propósito de alcanzar objetivos y metas. No obstante, va más allá de esos límites y llega al dominio de los criterios del hacer. La efectividad gerencial es una medida de la coherencia entre lo que se piensa, se dice y se hace. El talante del gerente efectivo tiene su asiento en la parte más profunda del ser, que es el carácter. No es posible ser efectivo como gerente si se posee un carácter caracterizado por la duplicidad e insinceridad; vale decir, que se dice una cosa y se hace otra. La integridad y honestidad personal están críticamente correlacionadas con la integridad y honestidad profesional.
En el lapso 2004-2008 me correspondió ser el vicerrector administrativo de mi UC. Por condición de vicerrector fui presidente del Fondo de Pensiones y Jubilaciones del Personal Docente y de Investigación de la UC (Fopediuc). Deseo narrar tres (3) hechos significativos e históricos que prueban la coherencia entre el decir y el hacer gerencial. Siempre he mantenido y sostenido que Fopediuc tiene como misión coadyuvar con la política de previsión social del estamento profesoral UCista.
El primer hecho aconteció en 2006. Habiéndose aprobado en 2002 la Ley de Seguridad Social, que contemplaba la desaparición de los fondos de pensiones y jubilaciones preexistentes y, por consiguiente, toda la cartera dineraria debía ser transferida a una tesorería nacional que se creaba para “velar” por la seguridad social de los trabajadores de la administración pública. Ante esa amenaza, respondimos proactiva y responsablemente propiciando una reunión conjunta de las directivas de Ipapedi y Fopediuc en la que propuse la sinergia de sus pulmones financieros a los fines de otorgar créditos hipotecarios a los profesores.
Razonaba y motivaba mi propuesta en el sentido de que si por “autoridad de la ley”, nos veíamos obligados a transferir dinero a dicha tesorería, lo hiciéramos con papeles de las hipotecas correspondientes. Fue necesario llevar a cabo dos (2) reuniones para que tomásemos la decisión de otorgar de modo conjunto dichos créditos y así, prevenir, que el gobierno maula y depredador arrebatara y se apropiara del dinero que pertenecía a los profesores de la UC. Otorgamos en modo de sinergia financiera interinstitucional, créditos hipotecarios por un monto de doscientos cincuenta (250) millones de bolívares cada uno, para que los profesores financiaran la vivienda que sería el asiento de sus hogares. Ipapedi proveyó ciento cincuenta (150) millones de bolívares y se quedó con la hipoteca de primer grado y Fopediuc, aportó cien (100) millones de bolívares quedándose con la hipoteca de segundo grado. Probamos que la sinergia interinstitucional no era una quimera. Demostramos que cuando se tiene un porqué podemos valernos y hacer uso de cualquier que.
El segundo hecho consistió en que, por obediencia a la ley de “seguridad social”, el CU ordenó en 2006 a Fopediuc, el reembolso y pago del monto de las retenciones (con intereses causados), que se habían hecho a los profesores jubilados a partir del 2002. Fopediuc honró ese pago. Y así, desde entonces, hacen ya veintiún (21) años a los profesores jubilados no se le hace la retención del 3% del sueldo por concepto de fondo de pensión y jubilación.
El tercer hecho que deseo traer a colación, es que en el mismo 2006, decidimos en junta directiva, mantener la política de concesión de préstamos personales, que venía de la gestión de la profesora Marfa Olivo de Latuche. Ampliamos la cobertura y aumentamos el monto hasta cincuenta (50) millones de bolívares con un interés de 10% anual. Los tres hechos narrados son un claro testimonio de que con actitud positiva provista por el carácter; es posible alinear el sentido del propósito de la gerencia efectiva con las necesidades sentidas de los docentes y así, verdaderamente, resolver los problemas que nos agobian.

¡Sabemos cómo hacerlo y sin excusas!

¡En Ipapedi Elecciones YA!