Gestión y Comunicación

Gestión y Comunicación
Photo by Dylan Gillis / Unsplash

Gestión y Comunicación es un binomio asociado al ejercicio de la función pública.
Hacer Gestión prescindiendo de la Comunicación y de las modalidades y atributos que la conviertan en masiva e invasiva, es tal vez, una debilidad muy frecuente en el ámbito público.


Asi, entonces, la concepción, diseño, desarrollo y puesta en funcionamiento de una estrategia comunicacional eficiente, eficaz y efectiva tiene un carácter imperativo.
Un "emprendimiento o proyecto público” se hace para "venderlo".
No obstante, si no se sabe comunicar; difícilmente, será acogido y "comprado" por la gente.


A la mente no hay que comunicar muchas razones, empero; hay que despertarle, estimularle y activarle las  emociones.
Emoción proviene del latín ”emovere” que significa activarse y ponerse en movimiento; vale decir, las emociones son impulsos que predisponen al organismo para la acción. Se sabe que sin disposición anímica se dificulta el accionar físico.
Llevar a cabo un proyecto público, requiere de una estrategia que, sin duda, es el factor más importante.


La estrategia se desarrolla por el conducto de la comunicación y por este se puede expresar y exponer un mensaje, una percepción o una realidad.
Es más rentable y eficiente, centrarse en la procura de que la gente se identifique o sea ”leal” a un "proyecto causa", que pretender satisfacer por la vía de la lógica y análisis a todos los pareceres individuales. En ocasiones, puede aparecer el fenómeno de la ”parálisis por análisis”, léase que puede suceder que de tanto analizar, al final, no se hace nada.


Se sabe por simple observación empírica que, en el ejercicio de la función pública es más importante e impactante la percepción que la realidad.
El líderazgo puede y debe mitigar el nivel de ansiedad y angustia de la gente, comunicándose, diáfana y permanentemente.


La lealtad de la gente no está en la razón, está en el corazón.
En comunicación es menester tener presente que, es más probable persuadir a la gente, escuchándole que hablándole.
Cuando se escucha a una persona, dedicándole tiempo y atención, se le satisface el anhelo y necesidad de sentirse importante; por cuanto eso es el más grande anhelo de la naturaleza humana.


Así, entonces, satisfacer ese deseo, equivale a sembrar en el corazón agrado afectuoso.
Lo anterior, puede ayudar a explicar el porqué, en política pública, el efecto del afecto es tan determinante en el comportamiento de las personas. La gratitud condiciona la actitud. La comunicación afectiva, enseña más y mejor que la sapiencia parca y arrogante.


Por lo antes expuesto, en el actual contexto de la realidad caracterizada por crisis, es menester asumir, en primer término; la ”comunicación con conexión”, porque la adversidad se debe combatir con creatividad y pasión en el corazón.
En segundo lugar; la acción concreta y contundente, sin simular ni disimular.
No hay tiempo para perder tiempo.
Salir de la crisis, tal vez, no amerite tanto el estar  ocupados; la clave para resolver problemas es estar debidamente enfocados.


Cuanto más complicada sea la situación, más enfocados debemos  actuar y más estratégicos debemos ser.