Institución Previsional
El domingo próximo pasado dediqué mi habitual crónica dominguera para dar a conocer la dramática situación que padecen los profesores de la UCV en cuanto a su institucionalidad previsional. El profesor emérito Dr. Absalón Méndez Cegarra, en video que nos enviara, relataba cómo los profesores UCVistas han visto desaparecer un patrimonio, que, solo en dinero en efectivo, alcanzó el monto de veinte millones de dólares ($20.000.000). Dicho caudal fue donado (en mala hora, digo yo) por el Fondo de Pensiones y Jubilaciones de la UCV a la Universidad Central de Venezuela.
La donación referida se habría hecho bajo la presunción de que, todo el patrimonio de los fondos de pensiones y jubilaciones existentes para el momento, debía ser transferido a una tesorería nacional a ser creada para ese fin, según lo dispuesto en la Ley de Seguridad Social aprobada en el 2002.
En la Universidad de Carabobo fue también motivo de preocupación el hecho de que, nuestro Fondo de Pensiones y Jubilaciones (FOPEDIUC), se viese obligado a transferir a la susodicha tesorería su propio patrimonio. Cabe recordar el modo cómo entonces el asunto fue abordado. En mi condición de Vicerrector Administrativo de la UC (2004-2008) y, como tal, presidente de FOPEDIUC, planteé el tema en la directiva del Fondo alegando que bajo ninguna circunstancia estaba dispuesto a convertirme en el sepulturero de FOPEDIUC.
A tal efecto, propuse reunirnos con la directiva de IPAPEDI al propósito de que, en modo de sinergia, se otorgasen créditos hipotecarios a los profesores interesados. Lo cual fue aceptado. De modo que, conjuntamente, los pulmones financieros de ambas instituciones sinergizaron los créditos, con la correspondiente garantía hipotecaria, por un total de 250 millones de bolívares, distribuidos así: 150 millones IPAPEDI y 100 millones el FOPEDIUC.
Al mismo tiempo, en el Fondo ampliamos el espectro de la cartera crediticia y concedimos 1.500 préstamos a profesores, en previsión de que cuando llegase el requerimiento de transferir los fondos dinerarios a la tesorería, entregaríamos los papeles de la deuda contraída por los profesores con el Fondo.
He mantenido y sostenido como principio, que los rendimientos de los dineros de IPAPEDI y FOPEDIUC son patrimonio exclusivo de los profesores, razón por lo que deben destinarse, prioritariamente, a los renglones de la previsión social. En concordancia con esa convicción, fue por la que me negué, como presidente de FOPEDIUC, a transferir dinero a la UC, si tales recursos no iban a ser destinados a la seguridad social de los profesores.
Téngase presente que los 1600 metros cuadrados de los dos (2) cines de la Viña ubicados en el Centro Comercial La Viña Siglo XXI, los compró la UC pero con dineros de FOPEDIUC, vale decir: con dineros de los profesores, y por esto nos asiste a los docentes el pleno derecho a decidir el destino de su uso.
Hoy vemos con estupor e indignación que un millón de dólares ($1000000), hayan sido irresponsablemente vaciados por los actuales e ilegítimos directivos de IPAPEDI en una mole de bloque, cabilla y cemento en Chichiriviche. Obra que, por cierto, está siendo carcomida por el salitre marino que la infectó de lo que se llama patología estructural.
Asimismo, asombra ver cómo las directivas de los Consejos de Administración y Vigilancia, prevalidos de la debilidad y fragilidad del estado de derecho imperante en el país, usurpan funciones desde hace más de dos (2) años. Lo que equivale a decir, que durante ese período han cometido delitos susceptibles de ser sancionados penalmente.
Durante dos años y medio, un grupo de profesores hemos estado ocupados en la justa y necesaria causa de rescatar IPAPEDI del desvarío y extravío en el que sigue sumido. Hemos puesto a prueba nuestro talante pacífico, provisto y acerado por la prudencia, paciencia y perseverancia. Nuestro compromiso muestra nuestro apego a principios del civismo universitario, que apuesta por el cambio sólo si se produce por la vía de un proceso electoral en el que los profesores, libremente, expresen su voluntad de cambio para que volvamos a tener un IPAPEDI como una Institución Previsional puesta al servicio de todos los profesores UCistas y, no un ente que conciba que la seguridad social de los miembros asociados, esté en función de la suerte que se tenga en el envite y azar de rifas y sorteos.
Profesor(a), la fotografía que acompaña la crónica de hoy testimonia lo anterior. Durante un tiempo IPAPEDI concibió la previsión social como una actividad de hacer rifas y sorteos en los que, los premios eran teléfonos celulares, relojes, bolsos y estadía en pescadores (playa de Tucacas). La llamada “ingeniería financiera” puesta en práctica por el ilegítimo y usurpador presidente de nuestro instituto, hizo de la previsión y seguridad social un asunto de utilidad crematística para él y sus privilegiados.