La llama encendida

Hay momentos en la vida de las instituciones en los que un cronograma se vuelve un símbolo. Y una esperada y anhelada convocatoria se convierte en un fervoroso llamado de esperanza. Así ocurre hoy con IPAPEDI, desde que el sábado 18 de octubre del corriente, se publicó en el diario La Calle en su edición impresa Nº 16154 un nuevo cronograma de asambleas parciales para elegir la Comisión Electoral y las respectivas subcomisiones electorales. Ellos, Dios mediante, habrán de regir el proceso electoral en el que serán elegidos los Consejos de Administración y Vigilancia y, Delegados de IPAPEDI.
Las asambleas no son encuentros cualesquiera, son oportunidades para que el profesorado se encuentre con su verdad y razón de ser. En cada docente presente, y en cada manifestación de su voluntad expresada, hay un legado de docencia, investigación y extensión. Pero por encima de todo, un buen augurio de porvenir. Por tanto, asistir, participar y decidir en las asambleas parciales no es un acto administrativo rutinario, es ante todo un acto de fe en nuestra comunidad académica, una reafirmación más de que la Universidad de Carabobo está viva y que sus profesores han decidido rescatar del extravío y desvarío lo que el ilustre Consejo Universitario fundó para perdurar, hace ya sesenta y cuatro (64) años.
Que nadie se quede al margen. Cada silla vacía sería la muda confesión de comportamiento indeseado; per contra, cada presencia denota una deslumbrante llama encendida, cirios encendidos en favor de un auspicioso futuro en el que todos seremos protagonistas de nuestro propio destino. Que las asambleas sean, entonces, un convivio de madurez personal e institucional; de respeto y un compartir profesoral. Vayamos pues, los profesores UCistas a elegir con alegría la Comisión Electoral y las respectivas Subcomisiones, que con credibilidad transmitan confianza y generan esperanza. Su conformación y estructuración ha sido la consecuencia de diálogos, conversaciones y acuerdos entre calificados y respetados profesores del quehacer universitario.
Por consiguiente, mayoritaria y abrumadoramente votemos por el exrector magnífico Gustavo Hidalgo Vitale para que presida la dicha Comisión, sufraguemos a su vez por las distinguidas profesoras Marlene Robles y Mercedes Rincones a los fines de que sean, respectivamente, la secretaria y vicepresidenta de la Comisión. Por su parte, la profesora Liliana Camaray junto al profesor Amilcar Pérez habrán de ser los respectivos suplentes. De modo que dos (2) distinguidos profesores y tres (3) distinguidas profesoras serán los depositarios de nuestra confianza, con la más alta convicción de que su desempeño habrá de culminar con la entrega de unos resultados que, sabemos de antemano, serán la auténtica y genuina voluntad electoral expresada por los socios en los comicios.
Profesor(a), a la crónica de hoy la acompaña una gráfica simbólica: ”La llama encendida”. Dicha llama, tiene para nosotros significación espiritual e institucional. El referente espiritual, es la luz interior que da vida a lo académico y al mutualismo. Representa el fuego incandescente, la sapiencia eterna y compartida, que es pasión por educar y preservar lo que por derecho pertenece a la comunidad profesoral universitaria. Es el fuego sereno del saber y el conocimiento, que no quema ni destruye, sino el que es luz que ilumina, renueva y da vida.
También, le concedemos un significado institucional. En el contexto actual de IPAPEDI; la llama encendida simboliza la energía colectiva de los profesores que desean mantener vivo al instituto a través de su participación y compromiso, su voz y su conciencia mutualista y previsiva. Es una antorcha que pasa de mano en mano: de la generación de los maestros profesores fundadores a los profesores hoy jubilados, y de estos a la actual generación de los colegas activos. Llegó la hora. ¡Vamos a por ello!