Memoria y retorno a su misión social.


Hace sesenta y cuatro (64) años, un grupo de maestros profesores de la Universidad de Carabobo, visionario y trascendente, dio vida al Instituto de Previsión Social y Ahorro del Profesorado de la UC (IPAPEDI). Su espíritu, propósito y razón fue claro desde su mismo inicio: servir de apoyo solidario (mutualista) y resguardo en un tiempo en el que los conceptos de protección y previsión sociales eran aún una deuda pendiente que la universidad tenía en materia de cumplimiento de lo establecido al respecto en la Ley de Universidades. Nació IPAPEDI con un sello distintivo: ser casa abierta de todos y para todos; constituirse por tanto en un tejido de seguridad y horizonte de bienestar para el beneficio del estamento profesoral.
Sin embargo, en los últimos años, ese sueño fundacional ha sido desdibujado porque en mala hora, se privilegió la manipulación y la mentira. Y no debe quedar duda de que se nos quiere hacer creer que IPAPEDI no es más que una caja de ahorro, especie de institución bancaria cuyo fin es la intermediación financiera. En ese desvarío y extravío que nos ha deparado tanta tristeza y desesperanza, se relegó lo esencial: la misión social, la protección y previsión solidaria, en otras palabras: la ayuda mutua que es su ethos, que le da su carácter e identidad.
Pero, afortunadamente, la historia de IPAPEDI es también la historia de sus docentes asociados. Profesores activos y jubilados, unos más que otros, que hemos dedicado ya casi cuatro (4) años a darle voz al Instituto, escribiendo con constancia y en defensa de su espíritu y propósito original, el que le asignaron los maestros fundadores: la protección social.
Digámoslo a los cuatro vientos claro y raspao. No se trata solo de patrocinar espectáculos decadentes, de promocionar rifas y financiar Chocolaticos con el logo de IPAPEDI para procurar beneficios crematísticos a unos pocos privilegiados. Se trata de dar salud, previsión social y dignidad a un conglomerado universitario que se lo merece por ser el actor principalisimo de la academia y al que le debemos impedir la desgracia de fallecer por mengua de recursos.
Dios mediante, con la próxima elección en el Instituto, se abre la oportunidad de retomar la senda altruista. IPAPEDI habrá de volver al camino que le trazaron sus fundadores, el que a lo largo de 50 años siguieron quienes antes presidieron el instituto. El foco social, el mutualismo y la previsión han de reafirmarse como los ejes que marcarán nuestro porvenir. Que esta crónica quede como testimonio de una lucha perseverante y de un compromiso renovado: IPAPEDI no fue creado para ser un banco ni una casa de corretaje de seguros y de títulos bursátiles. Es, y debe seguir siendo, el brazo coadyuvante y mutualista del noble y respetable estamento profesoral de la UC.
Profesor(a), la entrega de hoy la acompaño con la gráfica del Árbol de la previsión social, el que simboliza y combina los siguientes tres elementos: memoria histórica; lucha perseverante y retorno al foco social de IPAPEDI. Las profundas raíces representan una sólida y apreciada memoria de 64 años de existencia.
El tronco firme y acerado como un roble de actitud mental, construida con el tesón de la lucha profesoral con sentido y propósito, el que por casi cuatro (4) años hemos llevado a cabo. Ramas y frutos que connotan y denotan el retorno a la previsión social, y que nos lleva a poner el foco en la promoción de salud y atención en la enfermedad para proyectar un futuro promisorio. Enhorabuena. ¡Vamos a por ello!