MI CONVICCIÓN
En Venezuela, la Ley de Universidades pauta en el artículo 2 del Título 1 referido a las Disposiciones Fundamentales, lo siguiente:
“Las Universidades son instituciones al servicio de la Nación y a ellas corresponde colaborar en la orientación de la vida del país mediante su contribución doctrinaria en el esclarecimiento de los problemas nacionales”.
Este fundamento de orden axiomático, nos señala la pauta a seguir por la universidad venezolana en este aflictivo momento de nuestra vida política y social. Huelga decir que el país se encuentra hoy ante un problema serio, delicado y de riesgos. Por lo que sería un acto incomprensible que la universidad, aduciendo alguna extraña razón, dejara de lado su labor espiritual (en sentido ético y cívico) de coadyuvar en la orientación oportuna y pertinente que con urgencia exigen las actuales circunstancias.
Resulta importante destacar y, sobre todo, dejar clara la distinción que se debe establecer entre brindar un apoyo de orientación doctrinaria, con base en un conjunto de principios que sustentan la misión universitaria, y apoyar de modo institucional a un sector o actor político específico, aunque fuere de su propio seno. Sin tal distinción, se corre el riesgo de debilitar la integridad ética de la institución para ejercer la universalidad de sus valores, así como para garantizar el debido respeto y la tolerancia al libre pensamiento y actuación de sus integrantes.
Entonces, que quede claro: La universidad tiene el deber de guiar su actuación con base en los altos valores que la rigen. Mientras los entes que la componen, el derecho de fijar, en un momento determinado, una definida política grupal o individual en concordancia con las particulares convicciones o intereses del momento.
La universidad tiene el deber, por ejemplo, de apoyar los ideales democráticos promoviendo la participación, la igualdad y el respeto mutuo entre los diferentes estamentos de su sociedad. Igualmente, como la casa de estudios alberga en su seno a una variopinta comunidad de profesores, estudiantes, egresados y de personal de trabajo (obrero y administrativo), el modo como estructure sus justas relaciones pudieran incluso mostrar la inconveniencia de pretender que la institución universitaria, como un todo, incline su apoyo hacia un determinado sector o parcialidad política.
Sin embargo, puede sobrevenir como una excepción de actuación, el que en una situación particular la integridad moral y los derechos humanos fundamentales de un sector estén siendo violados o puestos en entredicho, en cuyo caso, la casa que vence las sombras, ejerciendo su rol de ente moral y educativo, pudiera asumir como caso particular una posición de defensa del sector vulnerado. ¡Simple justicia!
Sin embargo, incluso en este caso, la modalidad y estilo del lenguaje que se utilice debe ser prudente y comedido, porque, sencillamente, la universidad debe ser, en general, un faro de orientación social, y nunca un foco persuasivo en favor de alguna parcialidad política o religiosa. La universidad, como declaración de principios, debe estar siempre abierta y presta para la discusión, el debate y la controversia. Esa es su naturaleza y su más importante función espiritual.
Por mi parte, mantengo y sostengo, que cada miembro de la institución universitaria, tiene el derecho de adoptar y fijar la posición política de su gusto e interés. Por ejemplo, es pública y notoria mi posición, asumida sin ambages, el domingo 28J, día del reciente proceso electoral presidencial, una contienda por demás polarizada. De ella presagié que los venezolanos nos convertiríamos en un vórtice huracanado de voluntades ciudadanas en procura de restablecer la sacrosanta libertad ciudadana. Ya visto lo visto, con base en CDN (Cifras, Datos y Números), resulta claro que el candidato EGU, afianzado en el liderazgo de MCM, ganó por lo menos duplicando al candidato rival, NM.
A una semana de las elecciones, el conflicto político se potencia en el país. Volvemos a estar en el primer plano de los acontecimientos políticos del mundo. Ayer sábado, invitados por MCM, los venezolanos, pacíficamente, volvimos a tomar las calles para que no calle la calle. @MariaCorinaYA escribió profusamente en la red social X.
“Hoy salimos a encontrarnos en las calles de Venezuela.
Con el orgullo de ser Venezolanos.
Con la satisfacción de haber logrado la victoria.
Con la determinación de que nadie podrá robarnos lo que logramos.
Con la confianza de que prevalecerá la verdad que el mundo entero ya reconoce.
Con organización, disciplina y en paz, porque somos parte de un movimiento cívico e histórico.
Con el corazón abierto porque hemos unido a un país para todos los venezolanos.
Con nuestros hijos, nuestros padres y nuestros hermanos, porque esta lucha es para tener a toda nuestras familias unidas en Venezuela.
Con nuestra bandera, símbolo de nuestra LIBERTAD!
De la mano de Dios, porque ÉL ha guiado esta travesía y ha abierto los caminos.
Hoy tenemos más fuerza que nunca.
Seguimos avanzando hasta el final”.
El país, convoca al talante democrático de los universitarios, e invoca, desde su pluralidad intrínseca, a cumplir con el rol histórico que corresponde a la universidad, de ser actor relevante de los cambios políticos y sociales que reclaman con el voto los venezolanos, en la convicción profunda e indelegable de estar al servicio de las causas democráticas del pueblo venezolano.