Mi Tratamiento

Mi Tratamiento

El pasado martes 21 de mayo recibí un video, en el que la periodista Adriana Núñez Rabascal, por encargo de la Voz de América, puso de manifiesto la triste situación económica y social que, en general, embarga al profesorado universitario en Venezuela. Y lo testimonió en la persona del profesor jubilado UCVista Carlos Torres, quien tiene un postgrado cursado en Inglaterra, y ostenta cuarenta (40) años consagrados a la docencia e investigación universitaria.


A continuación, transcribo lo dicho por la periodista Adriana Núñez; lo que expresara el dicho profesor Carlos Torres; así como la opinión del profesor Víctor Márquez, de la Asociación de Profesores de la UCV.


Adriana Núñez: “Carlos lleva cuatro décadas impartiendo clases de Economía en la Universidad Central de Venezuela, la mayor del país. Con estudios de postgrado en Inglaterra, su salario, al que se agregan ciertas bonificaciones, no supera los 50 USD por mes”.


Carlos Torres: “Tan solo las medicinas ya se llevan eso y más, de hecho no me puedo comprar todas las medicinas que necesito porque no tengo”.


Adriana Núñez: “Su refrigerador luce lleno, pero no precisamente de los alimentos que necesita consumir a sus 78 años. En bolsas y envases plásticos acumula cáscaras de piña y residuos de otros vegetales que usa como remedios caseros”.


Carlos Torres: “Debería consumir pescado, no lo puedo comprar, porque debería consumir pescado y pollo. Eventualmente como algo de pollo, pero si tú ves en mi despensa, yo no tengo. Yo estoy comiendo dos veces al día”.


Adriana Núñez: “Como él, 48% de los profesores de Venezuela comen menos de tres veces al día, según el Observatorio de Universidades. La situación se vuelve más grave cuando pasan a retiro y deben conformarse con una jubilación de máximo 11 USD mensuales, sin posibilidad de generar ingresos adicionales”.


Carlos Torres: “Mira, vivimos algunos de la caridad, para serte honesto, y otros de las ayudas que nos puedan hacer llegar familiares y amigos”.


Adriana Núñez: “Cuando la austeridad empezó a sentirse en casa, hace cinco años, vendió su auto para tener algo de dinero, un dinero que ya se esfumó”.


Carlos Torres: “De las cosas que tenía, ya me desprendí de ellas, pues obviamente ya me hacen falta y no las puedo restituir, esta ropa que cargo me la han regalado las hijas, si no, no tuviera”.


Víctor Márquez: “Testimonios como el de Carlos colman a diario esta oficina (casa del profesor UCVista) dedicada a la atención del profesor universitario. Bueno, yo todos los días en el teléfono recibo un mensaje: Por favor necesito ayuda, no tengo cómo comprar alimentos, no tengo cómo comprar los medicamentos, me tengo que hacer un examen y la cobertura no alcanza. Entonces, lo que estamos viendo, en mi opinión, yo lo llamé el holocausto universitario”.


Adriana Núñez: “Las precarias condiciones de vida de los docentes han llevado a organizaciones no gubernamentales y asociaciones gremiales a solicitar alimentos en donación, para entregarlos a los que están más vulnerables. Sin embargo, ningún aporte es suficiente para cubrir a todos los profesores que, en este momento, están viviendo en pobreza por la crisis económica”.


El testimonio del profesor Carlos Torres deja en claro la calamidad existencial que embarga a la mayoría del estamento profesoral universitario. En la composición gráfica de la presente crónica, a la izquierda y en el fondo se percibe la silente biblioteca del profesor Torres, que durante 40 años alimentó su sapiencia en materia de Economía. En la foto de la derecha, se aprecia al profesor hurgando y buscando, entre muchos medicamentos, el que, tal vez, le corresponde consumir a hora determinada, y haciendo votos porque no se le haya agotado.


Lo dicho por el profesor Víctor Márquez, quien es miembro de la Asociación de Profesores de la UCV lo certifica, cuando nos informa del gran número de mensajes que diariamente recibe demandándole ayuda para adquirir alimentos y/o comprar medicamentos.
IPAPEDI


La crónica 103 de hoy domingo la denomino: IPAPEDI: Mi Tratamiento.
En febrero de 2018, el profesor Euclides Querales presidente de la junta directiva de APUC me designó representante del gremio en la junta directiva de la recién creada Fundación FOPEDIUC.


Por esos días, en franco diálogo con el profesor Dr. Carlos Villaverde, examinábamos acerca de cuáles eran los problemas que más incidían en la actual tragedia existencial imperante en el país. Concluyendo que eran los relativos a los alimentos y medicamentos. Eran aquellos tiempos de hiperinflación, en los que, en solo pocos días, mermaba el poder adquisitivo del escaso salario devengado. Con base en lo anterior, estimamos la repercusión e impacto que sobre el profesorado tenía la crisis que ya nos golpeaba.


El Dr. Villaverde, por su parte, concibió y redondeó un proyecto, que desde FOPEDIUC pudiéramos emplear para atender el asunto de los medicamentos para el tratamiento de enfermedades crónicas de los profesores, tales como: la diabetes, hipertensión arterial y artritis, entre otras. Prontamente lo presenté a la directiva de la Fundación, y durante siete (7) meses fue sometido a discusión a los fines de encontrar un cauce jurídico que hiciera compatible la naturaleza de la Fundación con la ley de Farmacias. La figura jurídica adoptada terminó siendo la intermediación financiera.


Así nació Mi Tratamiento, un programa mediante el cual FOPEDIUC en rol de intermediador financiero, entregaba los medicamentos a los profesores activos y jubilados, y estos cancelaban al momento de cobrar el bono vacacional y el aguinaldo. De esta forma, habíamos encontrado una fórmula que daba solución a un serio problema de los profesores y sus familias. Otorgar un crédito a una tasa de interés del 15% anual en tiempo de hiperinflación no podía producir rentabilidad financiera, pero sí producía una alta rentabilidad social.


Mil doscientos (1200) profesores y por extensión sus núcleos familiares, hicieron uso del programa que, lamentablemente, tres (3) años después hubo de suspenderse, ya que el gobierno se apropió de las retenciones y no las retornó a la Fundación.
Lo anterior son la fuerza de los haceres que se contraponen a los débiles decires maledicentes.


El testimonio del profesor Carlos Torres es concluyente, no puede adquirir los medicamentos que demanda su organismo a la edad de 78 años, y tampoco tiene capacidad adquisitiva para comprar alimentos como pollo y pescado que son de mayor poder nutricional.


El ejercicio de una gerencia eficaz supone identificar de modo preciso los problemas, clasificarlos y categorizarlos, para posteriormente intentar sinergizar los recursos y producir las efectivas soluciones. La sinergia no es otra cosa que la magia virtuosa de la concentración de las fuerzas actitudinales de las mejores voluntades y capacidades. Mientras, los inconexos compartimentos estancos son la dispersión, que condenan a la debilidad.

Profesor(a): ¿Quién puede tener dudas de que alimentos y medicamentos son problemas palpitantes de la vida cotidiana de los profesores UCistas?
¿Qué beneficios reporta para los docentes de nuestra casa de estudios, que IPAPEDI siendo una caja de ahorro previsional destine recursos para invertir en la bolsa de valores mientras padecemos enfermedades y hasta nos morimos de mengua?.


Hago votos porque más pronto que tarde, IPAPEDI y FOPEDIUC hagan sinergia con sus pulmones financieros y podamos volver a contar con Mi Tratamiento.