Mutualismo Iluminado


Hoy domingo, 19 de octubre de 2025, Venezuela se viste de gracia y esperanza. La proclamación de sus dos primeros santos: del doctor José Gregorio Hernández y de la madre Carmen Rendiles lo cual, no solo honra sus virtuosas y ejemplares vidas, sino que ilumina la conciencia moral de un país que necesita reencontrarse, y de prisa, con sus mejores virtudes: el mutualismo, junto a una vocación de servir y amar al prójimo. José Gregorio, a secas, el médico de los pobres. El que hizo de su profesión un apostolado. Su bata blanca era símbolo de entrega y compasión, de ciencia al servicio de la humanidad. Fue profesor universitario. La madre Carmen, por su parte, con su discreción luminosa, consagró su existencia a cuidar, enseñar y sanar con ternura. Ambos encarnaron, en su tiempo, y supieron consagrarlo, el mutualismo como forma y misión de vida.
En tiempos en los que el IPAPEDI corre el riesgo de olvidar su alma y su razón de ser, el ejemplo luminoso de estos dos santos venezolanos debe servirnos de llamado de atención y guía moral. Sí, IPAPEDI, como Instituto de previsión social de los profesores UCistas, tiene la noble misión de proteger y asistir a quienes han dedicado su vida a educar. Ese deber no puede reducirse a una gestión administrativa de fondos como intermediador financiero, sino que debe asumirse, ante todo, como un acto de fraternidad, inspirado en el espíritu de servicio y de mutualidad, que movió las vidas de José Gregorio Hernández y de Carmen Rendiles.
Ellos nos convocan a tener presente que, la verdadera previsión, no está solo en prever recursos, sino en prever el bienestar humano. En tejer redes de confianza, en acompañar los días difíciles de nuestros profesores activos y jubilados, en escuchar, en servir y estar presentes. Si el Instituto en franca sinergia con la UC, logra que su gestión se oriente por la ética del mutualismo y la sensibilidad social, entonces IPAPEDI será mucho más que una buena institución: será un espacio de esperanza, un lugar donde los valores cristianos y humanistas de José Gregorio y de la madre Carmen cristalicen en hechos concretos, en decisiones, en fraterna proximidad.
Hoy, ante la canonización de estos dos venezolanos paradigmáticos, recibimos un llamado a maravillar, si se quiere, la función social mutualista de nuestro instituto. Queremos que el IPAPEDI tome de ellos la humildad del servicio, la constancia del bien y la ternura activa de quien ama al otro como a sí mismo. Solo así la previsión social se hará solidaridad encarnada y la administración se volverá un acto de responsabilidad inteligente y de justicia.
Profesor(a), la gráfica que acompaña la entrega de hoy simboliza: a las manos estrechadas del mutualismo previsivo, el gesto de la unión, confianza y mutuo sostén que debe caracterizar a IPAPEDI y la UC. Son el signo del orgullo UCista, humano y fraterno del servicio compartido y mutuamente socorrido.
El libro abierto es el conocimiento y la misión docente universitaria, pero también la transparencia, la verdad y el compromiso ético. Es el libro de la vida donde se escribe la historia de bien que hacemos entre todos. Los destellos de luz evocan y denotan la sabiduría espiritual, la fe que inspira y la humilde bondad que ilumina nuestras acciones. Es la energía moral que da sentido a la previsión social.
Los rostros de José Gregorio y la madre Carmen son presencias inspiradoras, no solamente de culto, sino guías de conciencia. Representan el ejemplo que vela y acompaña la memoria viva del servicio y el talante mutuo y desinteresado. En conjunto, la gráfica puede y debe leerse como una metáfora del mutualismo iluminado por el conocimiento y la fe. ¡Vamos a por ello!