Otra Confesión
23-10-2022
Otra confesión que prueba lo que pasa hoy en IPAPEDI, proviene del Prof. Ángel Vásquez Araujo, docente titular de la Facultad de Ciencias de la Salud, quien comprueba el monto de sus haberes en ahorros y se lo anotan en un “papelito” que habla de solidaridad y que se refleja en la gráfica supra. Vásquez Araujo nos narra, lo que le significó comprobar que los ahorros de su vida se han pulverizado y que ni siquiera la nimia cantidad que le indican que tiene puede retirarlos. Cito la confesión:
“Preocupado por las denuncias que se hacen en relación a IPAPEDI, acudí el 3/10/22 a la sede, con el fin de conocer el saldo de mis haberes de 22 años de asociado, donde me han retenido el 10% de mi sueldo, a lo que se agrega el 10% que me suma la UC. Además, quería saber si tenía alguna deuda, pues varios colegas me sugirieron averiguara, pues le aparecen deudas contraídas sin su anuencia.
Tuve suerte de que fui atendido por una joven amable, que ante mi pregunta sobre si debía algo me dijo que no, pero que estaba excluido hasta del seguro funerario, a mí y toda mi familia, pues no había pagado. Le expliqué que el seguro de óbito era algo que me descontaban antes por nómina y que no me habían avisado para excluirme. No hubo respuesta, pues eso era asunto de “los jefes”. Sobre cuánto era el monto de mis haberes, la joven ni siquiera pronunció palabra y me escribió en un papelito (que evidencia la gráfica de este artículo) dicho monto: Bs. 249,67 a la fecha del mes 8 del año 2021 (menos de 30$). Agregó la joven, casi en forma subrepticia, que el “restante” monto a fecha 10/2022 no lo estaban “sumando”. Cuando vi aquella cifra, escrita a mano en aquel papelito (ni siquiera se me entregó un papel institucional) vino a mi mente la idea de la miseria. Sentí dolor al ver reflejado en aquel papelito mis ahorros de más de dos décadas. De súbito pude comprobar que no eran nada y que aquella ilusión de ahorro que había disciplinado desde el comienzo de mi carrera se había pulverizado.
En aquella decepción tremenda tuve el arresto de preguntarle a la joven que me atendió, que, si bien mis haberes reflejaban una cifra bajita, quería saber si podía retirarlos. Me respondió que el retiro de haberes estaba suspendido “hasta nuevo aviso”. Cabe decir como en mi pueblo San Carlos, quedé esa mañana “sin el chivo y sin el mecate”. Limpio me despedí dando las gracias ante lo que me pareció un desfalco que me originó una decepción que es muy difícil desdeñar. Me hice tantas preguntas sobre lo que estaba pasando en este IPAPEDI, donde uno no tiene ninguna previsión y no obstante te descuentan un aporte que, precisamente, bien gerenciado, debería servir para algo de eso. Al igual que muchos me pregunté ¿qué sentido tiene seguir estando en un instituto que siendo de previsión y de ahorro, no te ofrece ni previsión en caso de enfermedad (el IPAPEDI ha quedado para vender pólizas que yo, como la mayoría, no puedo pagar)? ¿Que oportunidad ofrece una gestión que no multiplica los ahorros en inversiones que sean rentables?
En mi tristeza me preguntaba tantas cosas, que cuando salía vi en una pared un afiche de un Complejo Recreacional que actualmente se construye en Chichiriviche. Su eslogan parecía de una ironía sugerente, vista mi peladera: “es para todos los profesores”. Seguí preguntándome si en esa obra se han invertido los ahorros-recursos que impiden que los haberes de los profesores se hayan capitalizado. ¿Será que esta mole de “bloque, cabilla y cemento” que desde hace tiempo viene denunciando como un error el profesor Víctor Reyes Lanza, impide que se nos pague dividendos y que no haya créditos como antes de comenzar a construirse este complejo? Donde quedaban mis ahorros, así como los de todos los profesores, si estos no habían sido invertidos para producir rentas que pudieran servirnos hoy para paliar muchas de nuestras necesidades.
Cómo es eso que, ante la pulverización de nuestros ahorros, la gerencia actual solo ofrece excusas, echándole la culpa a otros menos a ellos mismos que son los gerentes y te da un “papelito” para que compruebes tu ruina. En medio de mi ignorancia no puedo entender cómo hemos caído en esta situación de inopia y nuestros ahorros estén en el limbo de un “papelito”, y peor, sin explicaciones ni asambleas que expliquen la verdadera situación de IPAPEDI, que no es de una persona ni de un grupo de privilegiados, sino que es de todos los asociados que verdaderamente la estamos pasando mal y no contamos con ningún apoyo de previsión y encima nuestros paupérrimos ahorros nos lo anotan en un papelito”.
Son muchas las confesiones como la que refiere el Prof. Vásquez Araujo. No podemos aceptar que nuestro Instituto se pierda y que los ahorros de toda la vida permanezcan en el limbo, producto de equivocadas decisiones de un continuismo indeseable.
Profesor(a), en Ipapedi tenemos dos caminos: el continuismo o el cambio.
¡Vamos por el cambio!
¡Sabemos cómo hacerlo y sin excusas!
¡Elecciones YA!