RECESIÓN PSICOLÓGICA

RECESIÓN PSICOLÓGICA

Diagnosticar ”la recesión psicológica”
, bien sea en una persona o bien sea en una institución, significa denotar o establecer, de algún modo, la disminución o ausencia de la disposición para pensar, de modo de poder advertir acerca de la posible predisposición para
la acción o, en su defecto, del grado de su parálisis.

Vale decir, que si se detiene el pensamiento creativo, su deriva va a ser, indefectiblemente, la imposibilidad
para llevar a cabo los cometidos con los que se estuviere comprometido.
Lo anterior, que es, desde luego, aplicable a IPAPEDI y, cuyas consecuencias están a la vista y no pueden ser más penosas: tres mil quinientos (3500) profesores
UCistas hemos quedado desprovistos de toda previsión social y, en consecuencia, condenados a estar expuestos a la indefensión frente a toda clase de
enfermedades.

Lo antes señalado es un hecho que resulta asemejable, por sus efectos devastadores, a una recesión
económica, en la que la desaceleración o parálisis del aparato productivo termina por arrastrar a la mayor pobreza a gran parte del tejido social.

En el caso de IPAPEDI se aprecia una postración y paralización de las actividades, quizás, por la presión
de la carga psicológica que se aplica sobre quienes saben que, en su gestión, el instituto de previsión y ahorro de los profesores de la UC, no satisface la más
mínima expectativa de quienes lo quisieran como un instrumento útil.

Pudiéramos decir, que la recesión del
instituto es consecuencia de la recesión psicológica que embarga a los que presiden y demás miembros de
los consejos de administración y vigilancia de nuestra caja de ahorro.

Ocurre que un individuo agobiado, estresado y agotado puede adaptar su mundo mental, de tal modo, que se
torne ciego, sordo y mudo y, cargado con la sensación de no tener opciones para modificar una situación problemática, aun cuando existan posibilidades
objetivas de poder hacerlo.

La recesión psicológica hace de raíces y de andamiaje de soporte ante la carencia de vigilancia y control sobre lo que ha venido sucediendo en el
instituto. El deber de IPAPEDI como institución de previsión y ahorro en el marco de la actual emergencia humanitaria compleja, es la de coadyuvar para superar la desconfianza y enfocarse en lo que se puede
monitorear, vigilar y controlar.
IPAPEDI, actualmente, desde la perspectiva de su gestión, no genera otra cosa que desesperanza entre
los docentes como consecuencia del naufragio gerencial, cargado de desvaríos, extravíos y equívocos.
Verbigracia, el de haberse convertido en un promotor y corredor de seguros ofreciendo una póliza que el 95%
de los profesores no puede pagar. El haber vaciado un millón de dólares ($1000000) en una mole de bloque,
cabilla y cemento contra la que el salitre de Chichiriviche está haciendo de las suyas.
El sentimiento de miedo al porvenir que se siente entre los profesores se debe al óbito de un liderazgo que no pudo, no quiso o no supo formular y proponer
objetivos inspiradores y motivadores.
Personalmente, estoy convencido de que si redefinimos la estrategia para gerenciar a IPAPEDI, en la que
existan razones para creer, el equipo sinergia transformará la energía negativa de la recesión
psicológica en una energía positiva de resultados útiles observables y verificables. Lo anterior es
posible y altamente probable si activamos y ponemos en funcionamiento el Ecosistema Productivo
Académico (EPA) y el Ecosistema Sanitario Autónomo (ESA).
Actualmente en nuestra UC vivimos en un contexto de incertidumbre. Algunas de las cosas que están pasando están fuera de nuestro control directo. Pero lo
que sí está bajo nuestro control es con cuál actitud nos vamos a enfrentar a esta nueva realidad que nos toca
vivir. No obstante, en estos tiempos, no podemos ni debemos permitirnos el lujo de perder de vista nuestro principal objetivo.


Por eso no renuncio a mi convencimiento de que la
perseverancia en la lucha por el renacimiento de IPAPEDI pronto dará sus frutos. Sé que estamos cerca de volver a sentir el beneficio colectivo que habrá de derivarse de liderar y conducir un instituto de previsión y ahorro con visión estratégica, focalizada en el espíritu y sentimiento mutualista.

¡Sabemos cómo hacerlo y sin excusas!
¡En IPAPEDI, Elecciones YA