Silencio e Inacción

Silencio e Inacción

Hoy domingo, hace ya nueve (9) días desde que el Consejo Universitario de la Universidad de Carabobo (CU.UC) por decisión unánime, instó a la directiva de IPAPEDI ―Instar, en su acepción de insistir con ahínco―, a que, de conformidad con el ordenamiento constitucional (el derecho a ser oído y obtener oportuna respuesta), y el derecho de acceder a los beneficios laborales consagrados en la carta Magna de 1999, procediera a inscribir en el Instituto de Previsión Social del Personal Docente y de Investigación a los 369 nuevos profesores, que ingresaron en el segundo semestre del año pasado. Esta solicitud, insiste en su comunicación el Consejo Universitario, ratifica como cuerpo

“la preocupación de todos sus miembros ante tal situación (la de negar la inscripción) que vulnera el derecho fundamental de participar en la caja de ahorros de los docentes”.

Debe decirse igualmente, que a la fecha y pese al tono exhortativo del Consejo Universitario ―la autoridad suprema de nuestra universidad―, no se conoce que el llamado haya sido atendido o que, en todo caso, se haya respondido en algún sentido a la rogativa del CU.
Por nuestra parte, echamos de menos, que el Consejo Universitario en la discusión de este asunto y en la Resolución Nro. CU-001-1976-2024, antes comentada, no haya hecho referencia al Estatuto de IPAPEDI en su Titulo II, Capítulo I, referido a los Asociados, que en su artículo 7 dice lo siguiente:

“Son asociados de IPAPEDI: a) los miembros del Personal Docente y de Investigación de la UC y los miembros permanentes del Personal Administrativo y Obrero de IPAPEDI que, para la fecha de aprobación de este Estatuto (2008), estén inscritos en IPAPEDI. b) *Los miembros Ordinarios, Jubilados y Pensionados del Personal Docente y de Investigación y los Auxiliares Docentes de la UC que, con posterioridad a la fecha de aprobación de este Estatuto (2008), manifiesten su voluntad de ingresar al mismo”.


Resulta pues incontrovertiblemente claro que, para que los 369 nuevos docentes sean inscritos en IPAPEDI, les basta con acudir a la sede del Instituto y probar con el nombramiento de rigor, expedido por la Rectora Magnífica, Dra. Jessy Divo, que, en efecto, ellos hacen parte en este momento del personal docente ordinario de nuestra casa de estudios. Y, junto con ello, manifestar su libérrima disposición de querer asociarse al Instituto. ¡Nada más!
De modo que, con el único cumplimiento de los señalados dos (2) requisitos debe procederse a su inscripción. Algo más: Así se hizo por más de sesenta (60) años, pues en el pasado nunca se puso en duda lo que ahora pretende imponerse: Que IPAPEDI no es ya el Instituto de Previsión Social del Profesorado de la Universidad de Carabobo, y que no está regido por el Estatuto de IPAPEDI sino por una voluntad ajena. Algo completamente inaceptable, intolerable y reprochable. Y cuanto más, si con tal desconocimiento se causa a los colegas daños y perjuicios.

Hoy escribo para ustedes la crónica N° 97, consagrada a la lucha por recuperar para todo el estamento profesoral UCista nuestro instituto de previsión y ahorro. Por eso la intitulo: IPAPEDI: Silencio e Inacción. La expresión Silencio viene al caso por el hecho de que, habiendo transcurrido más de una semana de la decisión que tomara el CU por unanimidad, los directivos de IPAPEDI hacen gala de una mudez que bien puede ser interpretada como una arrogancia institucional y desprecio por el derecho a la información de los asociados consagrada en el artículo 9 del vigente Estatuto de IPAPEDI.

IPAPEDI después del bache histórico de catorce (14) años de fallida gestión, naufragada y extraviada, parece haber mutado en un ente “sordomudo” (ni escucha ni habla), transmitiendo la percepción de que terminaron tornándose antifrágiles, frente a la profunda crisis económica y social que embarga al profesorado UCista. La Inacción con el pasar del tiempo, va incubando un considerable daño criminal y patrimonial a ese gran número de profesores. En mayo próximo, la autoridad administrativa de la universidad deberá remitir la maqueta que lleva el cálculo de los 105 días de bono docente vacacional (3 meses y 1/2); sin embargo, los 369 nuevos profesores verán, triste y dolorosamente, cuanto han sido perjudicados, porque el monto de su bono será mucho menor, como consecuencia de no habérseles inscrito en IPAPEDI.

Profesor(a), el Silencio e Inacción en el caso de IPAPEDI incita y estimula, por nuestra parte, al “reforzamiento de nuestra causa”. Pero precisa por parte de nuestros colegas de su participación en la defensa y recuperación de nuestro principal órgano de servicios previsionales.

Hemos dado suficiente muestra de nuestra prudencia, paciencia y perseverancia. Son dos años de lucha que no deben dejar dudas acerca de nuestros propósitos e intereses. Anunciamos que la lucha nos exige escalar nuestras acciones frente al cuestionable comportamiento que ahora muestra el grupo atrincherado en IPAPEDI, al querer desconocer también a la máxima autoridad de nuestra alma mater. Asimismo, seguiremos enfrentando el descaro de quienes no rinden cuentas y se consumen todos los ingresos que tiene actualmente IPAPEDI, mientras los profesores enfermos imploran por ayuda para poder comprar sus medicamentos.

Víctor Hugo, dijo: “no es fácil mantenerse callado cuando el silencio es una mentira”.

¡En IPAPEDI, Elecciones YA!