Tres Balones

Tres Balones
Photo by Caitlin Conner / Unsplash

Toda persona es dueña de tres "balones", dos son de vidrio y uno es de goma.
Uno de los dos balones de vidrio que tenemos es la "salud"; si ese balón se nos cae, la probabilidad de que se rompa es alta y, tal vez, hasta la vida podríamos perder. Así, entonces, es imperativo cuidar responsable y celosamente ese balón. En otras palabras, cuidar nuestra salud de modo efectivo, debe ser la suprema tarea de nuestra vida.


Lo que se quiere se cuida y si se cuida, perdura.


La elongación de la vida con salud, no depende, únicamente, de las predisponentes e influyentes condiciones genéticas del individuo y del nivel de vida que ostente.
La salud se puede crear, mantener y sostener a partir de la tranquilidad mental y sobre todo con paz en el corazón.
La conjugación de esos dos elementos dan lugar a la felicidad, cuya acepción es el "bienestar subjetivo percibido" (BSP).


No somos responsables de la cara que tenemos, pero si de la que ponemos.
Hay "alimentos" saludables imprescindibles, que nos proveen de energía y los cuales no vienen por la vía de degustar una exquisitez culinaria.
Las "calorías" de un apretón de manos y de un fuerte abrazo; la carga "proteíca" que se transmite cuando hacemos sentir importante a alguien; los "omegas c" que se inducen al expresar: estoy a tu orden, cuenta conmigo; son indudablemente,  posturas actitudinales contundentes y eficaces, portadores de carga motivacional que inducen y conectan afecto mutuo.
Es sabido que muchos  se enamoran de lo que ven y que muchas se enamoran de lo que oyen.


La actitud y el sentipensamiento positivos, activan en el organismo la triada del bienestar conformada por la oxitocina, dopamina y serotonina.
La ciencia médica ha probado que, las buenas relaciones interpersonales tienen en su seno una poderosa carga terapéutica.
La decisión está en nosotros mismos. Preservar la salud no es tanto un asunto de conocimiento o de talento, es cuestión de mera postura actitudinal.

El otro balón de vidrio que tenemos las personas, es la familia. La familia es el más grande y preciado patrimonio integral con el que cuenta una persona. La familia es el cimiento de la educación, formación y valores ciudadanos.
La familia es la fundación o soporte del desarrollo psicológico, social y físico del individuo.


En la familia están vertidos y depositados todos los ahorros de afectos de nuestras vidas. Si ese balón se cae y se rompe, la descapitalización sentimental y emotiva es tan cuantiosa, que  nuestra real y verdadera riqueza se siente perdida.
Si se rompe el balón familia, se pone en peligro la integridad mental, sentimental y emocional de la persona. Si la base de una edificación no se hace como es debido o se llega a dañar, tarde o temprano, la estructura colapsa. En consecuencia, al núcleo  familiar hay que quererlo, cuidarlo y mantenerlo.

El tercer balón que tenemos y que es de goma, es el trabajo. Si hoy o mañana, por alguna determinada razón, una persona perdiera (equivale a caerse o romperse) el actual trabajo, el asunto es recuperable.
El trabajo lo hemos simulado como un balón de goma, que al perderse o caerse, rebota. Significa que se puede conseguir otro y de repente, hasta mejor.
El problema está en que  muchas personas cometen el error de otorgarle y prestarle más atención y dedicación al balón de goma que a los balones de vidrio, y eso casi siempre, a la larga, puede resultar  desafortunado.
Es menester aclarar que el trabajo es importante, muy importante; pero nunca esa importancia puede y debe menoscabar la supremacía de la salud y la familia como el binomio esencial de la existencia.