Entre las olas de Pescadores I y el oleaje de la crisis de Salud.

El miércoles próximo pasado, un significativo grupo de miembros de la comunidad UCista nos dimos cita en la Galería Universitaria Braulio Salazar, en la Plaza Prebo, en un salón de pequeño aforo, con sillas llenas y rostros en los que se percibía la amistad, y el buen deseo de considerar lo que es, entre nosotros, más importante y, en cierto modo, urgente: cómo ayudar y, si posible, atender los serios problemas de salud del profesorado con enfermedades crónicas, y a los de mayor edad; ante el hecho cierto de la existencia de fallecimientos por mengua de cuidados.
Nos complace, sí, que en medio de un ambiente esperanzador (véase la foto), de docentes, algunos discentes y otros miembros de nuestra comunidad, a sabiendas del referido carácter crítico de la salud profesoral, se estuviese dispuesto a considerar la posibilidad y viabilidad de fundar lo que ha de llamarse la Mutua Salud José Gregorio Hernández. Una fórmula práctica que reúne empatía y solidaridad, y que requiere, para su éxito, del concurso animado de gran parte de nuestra comunidad.
Una experiencia que, por lo demás, al estar basada en la solidaridad, cuenta en su haber tanto con realizaciones. como con la satisfacción espiritual de los que hacen suyo el mensaje de ayudar y ayudarse en la necesidad.
Sabemos que, a los profesores y demás miembros de nuestra UC, la precariedad salarial nos golpea con rudeza. El sueldo de los docentes se pulverizó y, con ello, la capacidad de ahorrar se extinguió. Los seguros se tornaron impagables. Para colmo, el sistema sanitario nacional peca por ineficaz e ineficiente. Y sin embargo, allí estuvimos, en la dicha reunión, asomando ideas, y con la predisposición actitudinal de que, si el Estado y sus instituciones fallan, el tesón y la fuerza espiritual de los lazos sinérgicos, entre pares, puede ser nuestro último salvavidas.
En contraste, asombrosamente, como si viviéramos en otro mundo, el ilegítimo presidente de IPAPEDI difunde una invitación (véase el flyer): A irse de Vacaciones en “Pescadores I”, un centro turístico con promesas de goce y disfrute para los profesores y familiares. Por cierto, que la perplejidad que produjo tal aviso fue tanta, que al finalizar nuestro evento, una profesora asistente preguntó en voz alta: ¿Vacaciones?. Y entre el desconcierto y hasta indignación, agregó interrogando:
¿Cuántos de nosotros podemos vacacionar en familia con un sueldo de $5 mensuales, que ni siquiera alcanzaría para poner gasolina y llegar a Tucacas?
IPAPEDI que, en otros tiempos, fue sinónimo de previsión y seguridad social, hoy, desafortunadamente, parece más una deslucida postal de un pasado ya desaparecido. Ofrece pólizas de HCM que apenas el 5% de los docentes pueden pagar y, para colmo, alardea de la fantasía bursátil posando con personeros de la empresa de corretaje MercoSur y Bolsa de Valores de Caracas que, por cierto, no existen para ser hermanitas de la caridad. Mientras, hace mutis y evade lo que todos deseamos y demandamos: previsión y protección social o, como mínimo, algo de sensibilidad frente a la vulnerabilidad en que nos encontramos ante las enfermedades.
La reunión del miércoles se vistió de lujo discursivo y académico al contar con las exposiciones de los maestros profesores Tulio Hidalgo, Orlando Arciniegas y la esclarecida disertación del médico profesor Dr. Carlos Villaverde. Un derecho de palabra concedido a una estudiante del primer año de Medicina, nos confirmó su disposición y animo de coadyuvar, lo que nos hizo sentir el enorme potencial de nuestro capital relacional. La palabra “Mutua”, para nuestro regocijo, cobró entre nosotros una fuerza inusitada.
Profesor(a), al fin y al cabo lo que se pretende construir no es solo un fondo de promoción de salud y atención a la enfermedad, sino algo mayor: un gesto que ponga de manifiesto nuestro talante de sensibilidad universitaria, el reconocimiento de que solo con la sinergia de las mejores voluntades y capacidades de la UC, ella puede sobrevivir como comunidad académica, habida cuenta de que la institucionalidad de IPAPEDI se volvió un vano espejismo entre bloque, cabilla y cemento carcomido por el salitre de Chichiriviche, y una mueca bufa su engañosa fantasía bursátil, según la cual: “los profesores de la UC somos los únicos profesores universitarios de Venezuela que somos inversionistas y accionistas en La Bolsa de Valores de Caracas”.
Entre las olas de Pescadores I y el oleaje de la crisis de salud, los profesores UCistas hemos encendido y puesto en marcha la luz de nuestra voluntad y hemos decidido remar juntos, en dirección hacia lo humano y efectivamente solidario.