USURPACIÓN (II)

USURPACIÓN (II)

Recuerdo a mis lectores, que la semana próxima pasada, intitulé mi
habitual crónica dominical, IPAPEDI: USURPACIÓN (I). En ella referí
con amplitud que, al ilegítimo presidente de nuestro Instituto de
Previsión Social y demás miembros integrantes de los Consejos de
Administración y Vigilancia, correspondía la actual condición de
“usurpadores de funciones”, habida consideración de que, después
de haberse cumplido su autorizado ejercicio de autoridades, han
permanecido, ilegalmente, por supuesto, más de dos (2) años en los
mismos cargos. Y que ello ha ocurrido no por algún motivo de fuerza
mayor, sino por la insolente decisión de ignorar la normativa legal y
estatutaria, que los obliga a convocar las elecciones para renovar las
autoridades, dada la condición de ser IPAPEDI una asociación civil.
Vale también recordar que la única pretendida razón esgrimida para
justificar su despropósito, ha sido la de que “si en la UC no se llevan
a cabo las elecciones de nuevas autoridades, ellos no ven motivos
para cumplir con lo que legalmente está establecido para las
asociaciones civiles”. Falso argumento seguido por corifeos y
palafreneros que aplauden tal pretensión: la de condicionar el
cumplimiento de la ley y erigirse por encima de ella. ¡Increíble pero
cierto!

La entrega de hoy la titulo IPAPEDI: USURPACIÓN (II), en la que
abono de forma crítica el nivel del descaro con el que el ilegítimo
presidente de IPAPEDI y sus compinches continúan esquilmando el
patrimonio de una institución que pertenece a 3500 profesores
UCistas. Ciertamente, hoy pongo de relieve dos aspectos que, según
mi parecer, están en el orden de menor a mayor en su importancia. A
saber:

  1. El tour que en el mes de agosto, el ilegítimo y usurpador
    presidente de nuestro instituto de previsión y ahorro hizo entre
    flores, fandanguillos y alegrías a la eternamente bella España,
    dizque buscando más conocimientos para que IPAPEDI sea el
    paradigma de las cajas de ahorro en Venezuela.
  2. Durante la semana que acaba de finalizar, el nombrado ilegítimo
    usurpador ha estado enviando a profesores una información que
    tiene en su seno un link, que conduce al ofrecimiento a cada
    asociado para que se convierta en “accionista” de algunas de las
    principales empresas afiliadas a una Bolsa de Valores llamada
    Mercosur.

Para tratar el primer aspecto, hago uso de la foto que ilustra y
acompaña a la presente nota. Me refiero al testimonio de la gira o
tour por España, extraída de las redes sociales. En la referida gráfica
se ve y lee con fecha 23-08-2024 que, el prenombrado usurpador,
da fe de su visita a la “Bolsa de Valores de Madrid”, porque según él
“somos pioneros del registro masivo de inversores”.
En otras dos fotografías disponibles también en las redes sociales
(que no muestro por falta de espacio) se le aprecia frente a la
fachada de la “Caja de las Cajas” CaixaBank, adonde fue en
búsqueda de más conocimientos… y, en otra y tercera fotografía, se
le ve como un “guirí” (así llaman en España a los turistas
extranjeros) ajustándose un sombrero ante la fachada de la “Caja Rural de Asturias”. Vaya, vaya.

Profesor(a), viendo las fotografías y leyendo las confesiones y relatos
incontrovertibles, usted, tal vez al igual que yo, se preguntará: ¿Con
qué dinero Fermín Conde financió su veraneo en España. ¿Lo hizo
con recursos propios o con dinero de IPAPEDI? Si la respuesta es
que lo hizo con su peculio, surge una pregunta: ¿Cómo pudo hacer
para financiar un viaje con pago de pasajes y estadía por varios días,
si lo que ganamos los profesores no alcanza ni para comprar
comida? Si la respuesta fuera que IPAPEDI corrió con todos los
gastos, surge entonces la interrogante: ¿Quién, cuándo y cómo se
tomó la decisión de financiar una actividad que no califica en el
dominio del derecho, sino que corresponde al ámbito de los
hechos?

Sobre el segundo aspecto, refiero que el ofrecimiento que emana de
IPAPEDI (está en un link) dirigido a los profesores, en el sentido de
que nos convirtamos en inversionistas de algunas de las más
importantes empresas del país, comienzo por confesar que el relato
que sigue, lo hago con base en lo que pude asimilar del vasto
conocimiento profesional que sobre la materia tienen los respetados
y reconocidos economistas y profesores UCistas, Wilfredo
Camacaro y Carlos Ñáñez.
Un elemento fundamental por el que se acude al mercado bursátil,
que es un mercado secundario, es porque las empresas emiten sus
títulos valores y estos son negociables en dicho mercado y van
pasando de mano en mano. La naturaleza del mercado secundario,
según los especialistas, lo torna como de alto riesgo. Si vemos las
cosas desde la perspectiva del propósito y razón de IPAPEDI, que
tiene en su seno los ahorros de 3500 profesores, no podemos sino
reconocer y aceptar, que cualquier inversión que haga el Instituto
exige que debe hacerse con máxima cautela, prudencia y
responsabilidad.

Por otra parte, un sentido de responsabilidad hace suponer que, la
cantidad dineraria que IPAPEDI meta en el mercado secundario,
tiene que estar “ocioso” después de haber deducido lo atinente a la
atención de las prioridades. Los socios de IPAPEDI, que somos los
profesores, vivimos una profunda crisis económica y social y, con
toda seguridad, tenemos otras prioridades como, por ejemplo,
promover la salud y atender las enfermedades.
En el pasado reciente, el ilegítimo usurpador de IPAPEDI se ufanaba
de que su gestión la regía la reingeniería financiera y hasta llegó a
posar al lado de quien representaba una bolsa de valores, la cual, por
cierto, hoy no existe porque quebró. ¿IPAPEDI ha dado alguna
información al respecto?
Desde hace dos semanas, aproximadamente, algunos profesores
están siendo invitados a los fines de que se conviertan en
inversionistas de grandes empresas nacionales llevados de la mano
de una Bolsa de Valores llamada Mercosur. Es decir, lo que se nos
propone (estando la UC en receso vacacional) es que nuestros
ahorros vayan al mercado secundario de la mano de una empresa
que nadie conoce para que ella decida que hacer con nosotros
haberes.

Lo responsable y sensato debería ser la convocatoria de una
asamblea general de profesores para que expresaran su soberana
voluntad, y poder ser los protagonistas de nuestro propio destino.
La situación real país es tal, que las empresas demandan dinero
fresco porque el conflicto político prolongado en Venezuela causa
que muy pocos deciden hacer sus propias inversiones.
¿Quién está dispuesto a invertir en Venezuela en el marco de la
gigantesca incertidumbre que pende sobre esta Tierra de Gracia?
¿Debemos transferir nuestro dinero en IPAPEDI a un ente que no
conocemos para que decida por nosotros?
¿Que preferiría un(a) profesor(a): pago de 5 años de dividendos en
efectivo o capitalizar los haberes en un mar de incertidumbre y
riesgo, como lo es el actual mercado bursátil venezolano?

En IPAPEDI, elecciones YA