PARÁLISIS, SOLEDAD Y SILENCIO
Desde hace ya un año y medio, vale decir, dieciocho meses o lo que es lo mismo 600 días aproximadamente; un grupo de profesores UCistas teniendo al pensamiento crítico como esencia y guía de nuestra razón de ser docentes, nos propusimos rescatar a nuestro IPAPEDI del naufragio gerencial en el que está sumido, como consecuencia del desvarío y extravío con el que ha sido conducido a lo largo de los últimos cinco (5) años.
Confieso que nunca nos imaginamos que la noble, justa y virtuosa lucha emprendida en marzo 2022, se iba a prolongar más de lo debido; habida consideración de que las elecciones en el instituto debieron llevarse a cabo en junio 2022 de conformidad con los lapsos pautados en el ordenamiento legal y porque, además, nuestra condición de profesores universitarios nos obliga por imperativo moral a ser fieles testimonios de comportamiento ciudadano civilizado, abrazados a la alta investidura social y noble misión de vida a la que nos hemos consagrado.
La presente entrega la intitulo: IPAPEDI: Parálisis, Soledad y Silencio; porque confieso que veo a mi caja de ahorro en estado de parálisis operativa. Se evidencia una gran caída del volumen de operaciones, habida consideración que el amplio espectro de otorgamiento de créditos que hubo desde siempre (hipotecarios, vehículos, vales de caja, personales, reparación y ampliación de viviendas, etc) se redujo dramáticamente.
Es notoria la soledad de sus espacios porque de modo progresivo se fue perdiendo la confianza y, por consiguiente, la esperanza. Una vez más, ha quedado demostrado que para lo único que sirve la mentira, es para que cuando se diga la verdad, nadie crea.
El silencio de los voceros de los consejos de administración y vigilancia embriagados de irresponsabilidad pasmosa, causa pena, molestia y dolor en el profesorado. Confieso que he tenido momentos en los que he comparecido conmigo mismo para reflexionar y procesar datos y señales provenientes de nuestra caja de ahorro, quien otrora se percibía activa, conectada y consustanciada con las necesidades sociales de los profesores UCistas; tanto, que al instituto, los docentes lo llamábamos: IpaPEDÍ, como testimonio manifiesto de la percepción sembrada en el inconsciente colectivo.
Cuando aludo mi comparecencia a un espacio reflexivo conmigo mismo, refiero a lo que ocurre dentro de uno en un determinado momento. He meditado en torno a la trascendencia histórica que implicaría el renacimiento de IPAPEDI.
Un apreciable número de profesores tomamos una decisión en la que vamos a demostrar que podemos y debemos ser protagonistas de nuestro propio destino. Estamos demandados por la Emergencia Humanitaria Compleja (EHC), que es una crisis en grado sumo. Tenemos conciencia de que la esperanza de los profesores está puesta en que la problemática generada por el binomio conformado por la precariedad salarial y la vulnerabilidad frente a la enfermedad, tiene solucionática por la vía del vértice conformado por el Ecosistema Sanitario Autónomo (ESA) y el Ecosistema Productivo Académico (EPA).
Estamos en una encrucijada del camino. No tenemos tiempo para perder tiempo. No ocurrirá con nosotros lo que pasó con Alicia en el pais de las maravillas, que habiendo llegado a una encrucijada le preguntó al gato: ¿y ahora por donde sigo? Y el gato respondió con una pregunta: ¿para donde vas Alicia? Ella replicó y dijo: no se para donde voy. El gato, le ripostó; Alicia si no sabes adonde vas, entonces, cualquier camino que escojas da lo mismo.
El IPAPEDI que queremos y merecemos los profesores UCistas, tiene en el equipo sinergia de voluntades y capacidades una tripulación provista de una carta de navegación gerencial inteligente y responsablemente pensada y proyectada para lograr los objetivos y metas.